Olga Jarque Gago recibió el galardón “Dilo todo contra el bullying” en reconocimiento al proyecto Jarque. ©O. J
El aprendizaje de un individuo comienza desde una edad muy temprana. En la etapa escolar se aplican diversas técnicas cuyo propósito es promover el aprendizaje integral y el desarrollo de nuevas habilidades en el niño. Por ejemplo, conocimientos musicales básicos, el aprendizaje de las letras, números y colores; conceptos prematemáticos y lingüísticos, entre otros.
En este marco, es importante resaltar que el rol de los educadores es crucial. En la actualidad, existen nuevas metodologías de aprendizaje que garantizan el desarrollo académico de los niños a través de un modelo más eficiente.
No obstante, hay un factor que, aunque es igual de relevante, no se le ha dado la atención que merece: la inteligencia conductual. La falta de protocolos de actuación y de material específico para el abordaje de conflictos en el entorno escolar, representan un gran problema para promover prácticas eficientes que permitan el desarrollo conductual adecuado.
El desarrollo conductual y emocional
Los avances y el reconocimiento de la importancia de la educación emocional en los últimos años, han representado un paso importante para la comprensión de las conductas, aunque no ha sido suficiente. Según los análisis de los expertos, los primeros 6 años de vida son trascendentales para el desarrollo conductual y emocional de un individuo. Por ello, es necesario un programa que les permita a los docentes trabajar las emociones de los niños y modificar las conductas inapropiadas, pues en este periodo es cuando los niños adquieren la mayor cantidad de hábitos y costumbres.
Proyecto Jarque
El Proyecto Jarque es una iniciativa creada por Olga Jarque Gago, basada en una metodología innovadora que se enfoca en la educación emocional y conductual dentro de las aulas. Este modelo obtuvo el galardón “Dilo todo contra el bullying”, el pasado 5 de octubre.
El reconocimiento obtenido por este programa es una muestra de los resultados positivos de la iniciativa con respecto a la modificación conductual de los alumnos en las aulas de clase. Según Jarque, “el objetivo de este proyecto educativo es proporcionarles, desde la etapa infantil, las herramientas necesarias en cuanto a la adquisición, modificación y reconducción conductual, mediante un proceso de trabajo, tanto por parte de los alumnos como del educador”.
Con la implementación de esta nueva metodología, la perspectiva de “educación” es ahora más amplia y diversa, tanto así que, como menciona Jarque, ahora es posible “materializar las conductas mediante luces de colores en las aulas, demostrando que las conductas negativas son errores, y que los errores son necesarios para aprender, cambiando la actitud de enfado por parte del adulto tras un mal comportamiento, por una actitud de ayuda, no castigando las conductas negativas, pero sí premiando la reconducción de las mismas, y probando que con una dinámica activa de trabajo se consiguen resultados increíbles”. Según la creadora del proyecto, “la clave está en no castigar las actitudes negativas, pero sí premiar su modificación”.
La erradicación del acoso
El contexto escolar es el escenario perfecto para promover conductas sociales asertivas. Desde la edad temprana es importante promover hábitos en los niños que les permitan discernir entre lo que está bien y lo que está mal.
En cuanto a ello, Olga manifiesta que a través de este proyecto “podemos hablar de un gran comienzo para erradicar de forma eficaz y de una vez por todas el tan temido acoso escolar”.
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