Las fortalezas de una empresa

Cuando hablamos de las fortalezas de una empresa o de la fortaleza en general, solemos referirnos a aquellos puntos fuertes, habilidades o factores internos que funcionan de manera adecuada y eficaz. No obstante, las fortalezas no sólo constituyen aquello que está bien o se realiza correctamente, sino a aquellos aspectos que le diferencian de las otras empresas, aquellos elementos que le distinguen de la competencia y le hacen aumentar su competitividad y rentabilidad.

Pero, ¿cuáles son las más importantes? ¿por cuáles merece la pena apostar y dedicar esfuerzos?

Lo primero a tener en cuenta para valorar las fortalezas empresariales es de qué tipo de compañía se trata, de su naturaleza o al sector al que pertenece o al que se dedica. También el plan de negocio constituye un factor que marca las diferencias entre las fortalezas de las empresas. Aquello que para una empresa sea vital o necesario, puede no ser una prioridad para otra. Aquí mostramos varios ejemplos de lo explicado:

• Logística. Las empresas fuertes en este ámbito, ahorran costes gracias a la gestión de recursos, los plazos de entrega y de un buen proceso productivo, lo que le hace que sus productos o servicios supongan un plus para sus clientes.

• Servicio al cliente. Hoy en día, el servicio o la atención al cliente es sumamente valorada. Ahora, en una época donde las opiniones de servicios, productos o empresas están reflejados en la web, los usuarios prefieren ser bien atendidos a la calidad de su compra. Una buena relación empresa-cliente es garantía de éxito.

• El personal de una empresa. La calidad humana y profesional de quienes integran una empresa es fundamental. Se trata del principal capital con el que cuentan los negocios, tanto si trabajan únicamente en procesos internos como si lo hacen de cara al exterior.

• Políticas medioambientales. Entre todos nos estamos cargando el planeta y, después de muchos años haciéndolo, al verle las orejas al lobo, ahora nuestra concienciación en este ámbito se ha disparado. Tanto es así, que las empresas que cuidan este aspecto hasta hacerlo una fortaleza tienen mucho ganado de cara a los consumidores, pues identificarán la marca con esos valores.

• Innovación y creación. Esta es una virtud o fortaleza que suelen tener las empresas tecnológicas. Estar siempre a la vanguardia de lo que sucede en sus mercados, liderar y generar tendencias e innovar en varios ámbitos permite contemplar otras opciones de negocio y amplía el nivel de adaptación de las empresas a nuevos escenarios.

Así pues, cualquier aspecto de una empresa puede suponer una fortaleza si se trabaja de manera adecuada y constante, sin olvidar la inversión de recursos para ello, y no hay que escatimar en este punto. El objetivo es diferenciarse de los consumidores, y hay que hacer todo lo posible por lograrlo.