Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

Lupita Palacios, la mexicana que aprendió a leer con 96 años y quiere seguir estudiando

Lupita Palacios

Nunca es tarde para aprender o, por lo menos, eso dice la sabiduría popular. Sea como sea, una cosa está clara: Lupita Palacios puede confirmar la veracidad del dicho en primera persona. Esta mujer mexicana de 96 años (nacida en el municipio chiapaneco de Ocozocoautla) decidió aprender a leer y a escribir con casi un siglo de vida a sus espaldas. ¿El motivo? La curiosidad por saber qué decían los titulares del periódico que hojeaba a diario sin comprender palabra alguna. «Ahí buscaba cualquier cosita, mirando si lo podía descifrar», explica. Por suerte, Lupita pudo retomar sus estudios gracias al Instituto Chiapaneco de Educación para Jóvenes y Adultos. De hecho, el Instituto la animó a seguir ampliando conocimientos, cosa que la nueva alumna se tomó al pie de la letra: en solo 6 meses obtuvo, el pasado febrero, obtuvo el título de Secundaria.

Pero los objetivos no se acaban aquí. Lupita tiene clarísimo que quiere seguir formándose. Y lo tiene claro, precisamente, porque los inicios no fueron fáciles. Esta abuela mexicana fue la mayor de 5 hermanos y no se pudo permitir asistir a la escuela con regularidad. Es más, sus padres consideraban que la escolarización era «una gran pérdida de tiempo», lo que acabó desmotivando seriamente a Lupita. Al final, dejó la escuela y se puso a trabajar. Desde joven trabajó como comerciante y empleada doméstica y fue una de las fundadoras del Mercado Cinco de Mayo en Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas. «Estudiando puedo aprender la historia de México. La historia de Chiapas ya la he vivido en persona: los sufrimientos, los fracasos, la pobreza», apunta entusiasmada. Quizá este titulo de Secundaria la lleve a convertirse en la historiadora más vieja del mundo. ¡Estaremos atentos a sus progresos!

¿Qué nos enseña la historia de Lupita Palacios?

  1. El tabú del analfabetismo. Las personas analfabetas tienen el mismo derecho a aprender y las mismas capacidades para estudiar que el resto de la población. El analfabetismo en edades adultas es un problema estructural en muchas regiones del mundo, pero el caso de Lupita Palacios nos demuestra que se puede combatir. Una vez el alumno aprenda a leer y a escribir, los retos serán cada vez mayores.
  2. La importancia de las escuelas de adultos. Aunque el aprendizaje suele asociarse (erróneamente) a la juventud, las escuelas de adultos confirman que cualquier edad es buena para aprender. De hecho, estos centros son imprescindibles para que los estudiantes puedan retomar la formación en cualquier momento. Y lo que es más importante: que se animen a estudiar sin miedos ni prejuicios de ningún tipo.
  3. Los beneficios de la lectura para la tercera edad. Leer regularmente ayuda a mantener activo el cerebro, sobre todo para trabajar la memoria y las asociaciones de ideas. Además, la lectura se convierte en una actividad ideal para reflexionar y entretenerse durante las horas de descanso. De hecho, enriquece notablemente la vida de las personas jubiladas.

Fuente: EFE

Deja un comentario