La mitomanía, también denominada pseudología fantástica, es un trastorno psicológico por el cual la persona afectada tiene una conducta repetitiva del acto de mentir, lo que le proporciona una serie de beneficios inmediatos, como admiración o atención. ¡Te contamos en esta entrada todo lo que tienes que saber para detectar a los mitómanos!
¿Qué es la mitomanía?
Como ya hemos apuntado, en psicología, la mitomanía es un trastorno que padecen las personas que mienten compulsivamente y convierten las mentiras en una rutina. Entran así en un bucle de mentiras patológicas en las que puede existir o no intención de engañar o estafar, aunque el verdadero fin es deformar la realidad para hacerla más llamativa a los ojos de los demás.
Uno de los aspectos más remarcables es que el mitómano se siente cómodo mintiendo, pues ha conformado su realidad en torno a una atmósfera inventada. Poco a poco las personas de su círculo más cercano se van dando cuenta de la situación y comienzan a desconfiar. Si el problema persiste, las relaciones se debilitan y pueden, incluso, romperse. La mitomanía, además de provocar la pérdida de familiares y amigos, puede desembocar en un aislamiento social, dejando al sujeto solo en el laberinto sin salida de sus mentiras.
¿Cómo son los mitómanos?
Como cualquier trastorno psicológico, en la mitomanía influyen una serie de factores que explican la personalidad del sujeto y nos dan pistas para saber detectarlos y ayudarlos.
Los primeros indicios de mentiras suceden desde la infancia, pero no se le da excesiva importancia porque la mentira en los niños es una conducta habitual. Sin embargo, una vez entran en la adolescencia y la edad adulta, esos niños que mentían ahora lo hacen de manera compulsiva, como si fuera un acto normal. Los expertos apuntan a que esto puede ser consecuencia de recibir múltiples castigos por decir mentiras o eludir responsabilidades durante la infancia.
El perfil de personalidad del mitómano coincide con personas de baja autoestima que creen que necesitan ser aceptados. Mienten sobre su vida desdibujándola con grandilocuencias para parecer más interesantes. Se basan en la vida de otras personas a las que admiran para sentirse más valorados y hacer su realidad más atractiva. El mitómano también es una persona narcisista, con deficiencias en habilidades sociales y desconfianza en las personas y sus relaciones entre otros.
Las personas con adicciones son propensas a recurrir a las mentiras para enmascarar su problema y evitar las consecuencias de sus actos. Cuanto más crecen la mentiras, más aumenta su satisfacción. Por ello, también se considera la mitomanía como una adicción en sí misma.
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