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Mobbing: hacia la reconstrucción de la autoestima y la propia valía

Situaciones repetidas de ofensas o provocaciones, discriminación, gestos o palabras humillantes y de amenazas, falsos rumores sobre ti que te descalifican ante compañeros y jefes, se te exigen objetivos imposibles, se te imponen tareas repetitivas y cansinas o por debajo de tu categoría para menospreciarte.

(consciente o inconsciente) por parte del autor o autores es, a través de aislarte, destruir tu reputación resquebrajando tu propia confianza y autoestima, para finalmente lograr que abandones tu puesto por voluntad propia.

¿Cómo puede sentirse una persona que durante un tiempo ha estado sometida, nunca mejor dicho, a una situación así en su lugar de trabajo?

Ponerse en su piel, en sus huesos, es la primera clave para un buen acompañamiento terapéutico. Aunque no termina ahí, por supuesto.

Y aunque la siguiente afirmación suele levantar algún tipo de debate, vuelvo a recalcar que la intención del autor puede ser consciente o inconsciente. Así como quien sufre el acoso atrajo esa situación consciente o inconscientemente, de la misma forma el “acosador”, no en todos los casos lo hace con toda la intención, con el objetivo claro y planificado de lograr que abandone, sino que a veces, por lo menos en un inicio, se van sumando reacciones no reflexionadas o que están justificadas según su criterio. En otras palabras, el acosador también tiene sus fidelidades y programas, pero su esencia no es esa.

Recordemos, también, que un individuo solo en la Naturaleza se vuelve vulnerable. Pertenecer al clan supone una ventaja vital, no solamente para sobrevivir, sino también para desarrollarse.

Es por esta razón por la que generalmente el resto de implicados, es decir, los que presencian, no muestran ningún tipo de apoyo o incluso secundan a quien ejerce activamente el acoso: de lo contrario podrían convertirse en el nuevo blanco y excluirlos del grupo. Y eso, si a nivel consciente no es plato de buen gusto, para la psique arcaica es un verdadero peligro.

Por Sabina Concepción Martínez

 

 

Fuente: Descodificaciónbiológica.es & Ángeles Wolder

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