Los estudios de Formación Profesional en España empiezan a ser vistos como una alternativa efectiva a tener en cuenta, incluso por aquellas personas que ya han terminado sus estudios universitarios. El año pasado cerca de 800.000 alumnos eligieron esta vía y más de 15.000 se decantaron por la modalidad dual, que se realiza en alternancia entre el centro educativo y la empresa.
España dispone de muchos trabajadores poco cualificados (44%) o muy cualificados (31%), pero pocos con cualificación intermedia (23%). Hoy día, es innegable que la Formación Profesional supone una importante vía de acceso al mercado laboral. Además, la OCDE estima que en 2020 dos tercios del crecimiento del empleo lo ocuparán titulados en FP. Así pues, paulatinamente, parece que la FP dual se está asentando en España, aunque aún está lejos de otros países.
Con una de las mayores tasas de paro juvenil de la Unión Europea (47,5%, según datos de Eurostat), la FP dual ha sido vista por muchos expertos como la gran oportunidad para reducir el desempleo entre los jóvenes menores de 25 años. Alemania, con apenas un 7% de desempleo juvenil, se ha convertido en el referente a seguir.
El modelo alemán de FP dual tiene diferentes ventajas: a los alumnos les atrae la posibilidad de ganar dinero al tiempo que estudian y adquieren competencias en el propio lugar de trabajo, a la administración le interesa que el desempleo juvenil (el 50% de la población activa menor de 25 años) se reduzca, y las empresas pueden contar en sus plantillas con empleados preparados de acuerdo a sus necesidades y con práctica sobre el terreno.
No obstante, extrapolar el modelo germano a España es complicado, porque hay ciertas características peculiares de la economía que lo impiden. De entrada, Alemania tiene empresas más grandes que España y más tejido industrial. En España, en contraste, el 99% del tejido empresarial son pymes, y hay muchas microempresas que no pueden disponer de formadores en el centro de trabajo o cumplir determinados protocolos.
La formación que adquiere el alumno en Alemania es, pues, eminentemente práctica y muy vinculada a las necesidades reales de las empresas. Y, además, permite que se cotice a la Seguridad Social desde edades tempranas. También hay que destacar su arraigo social y su conexión nuclear con el sistema productivo.
Alianza para la Formación Profesional Dual
En España destaca la Alianza para la Formación Profesional Dual, una red estatal de empresas, centros e instituciones comprometidas con el desarrollo de la FP Dual en España, impulsada por la Fundación Bertelsmann, conjuntamente con la Fundación Princesa de Girona, la CEOE y la Cámara de Comercio de España. iFP es uno de los colaboradores, mediante la creación de estructuras cooperativas entre grandes compañías y las pequeñas y medianas empresas interesadas en la FP dual.
Uno de los objetivos es que las empresas se den cuenta de las ventajas que supone incorporar personal altamente cualificado y eficiente porque conoce de primera mano el proceso productivo. Además, para terminar de despegar, la Alianza para la Formación Profesional Dual opta porque el gobierno anime fiscalmente a las empresas, que son las financiadoras del sistema. También se trabaja para cambiar la percepción social y el prestigio de la FP en su conjunto y convencer a los empresarios de que el sistema de maestría es rentable a medio y largo plazo, ya que permite retener el talento y la identificación de los trabajadores con los valores de la empresa.
