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Monólogos teatrales para entender el mundo de la ciencia

Acercar la ciencia al gran público a través de monólogos no es todo lo que pretende el grupo de científicos de The Big Van Theory, sino que la cosa va mucho más allá. En sus espectáculos, puede leerse entre líneas su intención por acabar con ciertos estereotipos del mundo de la ciencia como, por ejemplo, que ésta es solo para personas muy inteligentes o que los científicos son raros y poco sociables.

En esta entrevista, conocerás mejor qué es lo que hacen para cautivar al público con una ciencia próxima a nuestro día a día y cómo ven la situación del sistema educativo actual. Esto es lo que nos ha contado Daniel García, uno de los integrantes del equipo.

¿Además del humor, qué otros recursos o técnicas utilizáis para captar y mantener la atención del público?

Cualquier técnica teatral o de divulgación es útil para atraer al público hacia el lado oscuro de la ciencia. La sorpresa, la ironía, la contradicción, la relación con noticias recientes o el hacer participar al público en el monólogo con pequeños experimentos funcionan muy bien. Pero sobre todo, hilar una buena historia, narrarla con emoción y, a menudo, ligarla con la vida cotidiana, ayudan a enganchar a la gente. Y por supuesto, el diálogo de tú a tú que se establece en el turno de preguntas, porque todos tenemos algo que decir.

¿Podrías explicarnos con un pequeño ejemplo algún concepto científico?

En el mundo hay gente con una personalidad más abierta y otras que son más tímidas, algunas son cálidas en su trato y otras son más frías. Cualquiera de ellas, no obstante, tiene cada día un estado de ánimo e incluso pueden pasar por varios a lo largo de un mismo día. Sin embargo, porque alguien de personalidad alegre se levante un día enfadado no pensamos que ha cambiado su personalidad.

Cada región de nuestro planeta tiene una ‘personalidad’, que es el clima: en algunas regiones es más frío, en otras más cálido, en otras más húmedo o ventoso, etcétera. Cualquiera de estas regiones, no obstante, tiene cada día un ‘estado de ánimo’, el tiempo meteorológico, que incluso puede variar a lo largo de un mismo día.

No hay que confundir el tiempo, de corto plazo, con el clima. Igual que una golondrina no hace verano, un inicio del otoño cálido, como el de este año, es simplemente una variación meteorológica y no el efecto del cambio climático. En cambio, varias décadas de inviernos suaves en una región caracterizada por inviernos gélidos sí indican un cambio en la ‘personalidad’: un efecto del cambio climático.

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En el turno de preguntas de vuestras actuaciones o en el contacto con la gente que habéis tenido durante este tiempo, ¿percibís que a la gente le interesa verdaderamente la ciencia pero que no está suficientemente motivada como para iniciar unos estudios?

Sin duda. La ciencia y la tecnología están presentes hoy día en casi cualquier aspecto de nuestra sociedad, así que es natural que la gente se interese por ellas y tenga inquietudes y preguntas. Tampoco es necesario -ni sería positivo- que todo el mundo estudiara ciencia, por supuesto. Lo importante es desarrollar un pensamiento crítico, algo tan propio y necesario en las ciencias naturales como en las humanidades y en las ciencias sociales… ¡en la vida, vamos!

Cuando estabais estudiando, ¿qué aspectos del sistema educativo hubieseis cambiado o mejorado?

Supongo que cada uno de los doce tendría su respuesta para esto, ya que cada colegio, instituto y universidad es diferente, y no digamos cada carrera. En general en España, en la universidad, se echa de menos un formato menos de ‘clase magistral’ y más de aprendizaje experimental, de pensar por sí mismo en vez de memorizar. Además, en la secundaria y el bachillerato los profesores, presionados por completar el temario, a menudo no tienen el tiempo que les gustaría para desarrollar actividades más participativas o experimentales.

Pero al margen de esto, quizá lo más importante es que se reconozca socialmente la labor de los docentes, se los respete y recompense como deben, y que haya un gran pacto sobre el sistema educativo, que deje de ser un campo de batalla político donde se cambia todo cada dos por tres. Reconocimiento y estabilidad ayudarían mucho.

¿Algún consejo para un estudiante de ciencias?

Que disfrute. Estudiar, aprender, conocer es algo estimulante, enriquecedor. Somos animales curiosos, así que ¡sigamos siendo animales cuando estudiamos!

2 comentarios en «Monólogos teatrales para entender el mundo de la ciencia»

  1. No habia regresado tu blog por un tiempo, porque me pareció que era aburrido, pero los últimos articulos son de buena calidad, así que supongo que voy a añadirte a mi lista de sitios web cotidiana. Te lo mereces amigo. :)

    Saludos

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