Sabemos que dedicarle tiempo a los estudios es complicado y más si después de muchas horas de esfuerzo los resultados no llegan. A veces el problema no está en el tiempo invertido, sino en cómo lo utilizamos y por eso es recomendable tener en cuenta algunos consejos:
El entorno. Prepara un sitio de estudio adecuado, que te permita concentrarte. Lo ideal es que esté limpio, ordenado y que tengas sitio para colocar todas las herramientas que necesites para empezar a estudiar. Olvídate de las distracciones: apaga móvil, quítate tu smart watch y aléjate de la tele. Para algunas personas la música es buena alternativa, para otras es una distracción más: encuentra el entorno que sea adecuado para ti. Si no puedes disponer de algo así en el lugar en el que vives, recuerda que siempre te quedarán las bibliotecas públicas.
El tiempo. Organízate de forma que no tengas que estudiarte 18 temas la noche antes del examen. Intenta repartir el temario en varios días e ir poco a poco leyéndolo, entendiéndolo, subrayando y haciéndote apuntes. Crea una rutina marcándote las oras de estudio adecuadas y tomándote varios descansos después de un tiempo de completa concentración (algunas personas expertas incluso recomiendan la técnica 25/10: 25 minutos intensos de estudio y 10 de descanso). Utiliza bien el tiempo también por las noches, duerme las horas suficiente y aliméntate bien.
Las técnicas. No todos funcionamos de la misma forma y por eso deberás encontrar las técnicas de estudio que más encajen contigo: resúmenes, reglas mnemotécnicas, esquemas, mapas mentales, etc. Estudiar no tiene por qué ser siempre apoyar los codos en la mesa y empezar a memorizar, conócete y descubre qué es lo que mejor se adapta a ti. Utiliza las nuevas tecnologías, existen un montón de páginas web y aplicaciones que te permitirán hacer más divertido y fácil el estudio.
Las metas. Márcate metas realistas en periodos cortos de tiempo, así te motivarás a seguir y alcanzar los objetivos finales. Al proponerte estas metas, ten en cuenta la cantidad, pero también la dificultar de cada parte del temario para que no te desanimes.
La motivación. Recuérdate por qué lo haces, cuáles son tus sueños, cómo quieres acabar. ¿Necesitas estudiar literatura por aprobar ese examen o lo que quieres es llegar a tener una carrera que te permita hacer lo que de verdad te gusta? Piénsalo de vez en cuando y así encontrarás una motivación mayor.
Y si ninguna de estas técnicas es del todo efectiva, otra opción es que busques ayuda externa. Las academias son una buena alternativa para ayudarte con esa asignatura que se te ha atravesado o incluso para adquirir buenos hábitos de estudio. Lo importante es que avances. ¡Mucho ánimo este curso!
