Para realizar una correcta gestión y uso de los equipos de calibración es imprescindible tener conocimiento sobre en qué consiste una calibración.
Un laboratorio tiene un termómetro que utiliza para calibrar internamente y lo envía a calibrar con un pedido que indica: “Calibración ENAC”. El propietario del equipo asume que el laboratorio de calibración, por estar acreditado y ser experto en calibración, conoce bien al equipo y qué tipo de calibración necesita.
Posteriormente, el laboratorio de calibración contacta con el propietario del equipo recibido para obtener información más detallada sobre el tipo de servicio que necesita. El propietario no sabe muy bien qué responder a las cuestiones que le plantean y termina diciendo “Necesito el equipo calibrado, y lo necesito lo antes posible”. A falta de indicaciones más claras, y teniendo en cuenta el plazo de entrega solicitado, el laboratorio de calibración decide realizar una calibración “estándar”: calibración de termómetro a 0ºC, 25ºC y 100ºC.
Unos días después el laboratorio recibe el termómetro y el certificado de calibración. Verifica que el equipo está debidamente etiquetado, devuelve el equipo al laboratorio y archiva el certificado de calibración actualizando su historial.
El día en que el laboratorio tiene una auditoría, se detectan 2 disconformidades relacionadas con la gestión de equipos y trazabilidad:
1 El termómetro del laboratorio no está calibrado en todo su rango de uso ya que se utiliza a 20ºC, 36ºC y 121ºC.
2 El laboratorio no ha tenido en consideración el error de indicación y la incertidumbre del termómetro utilizado para la realización de las calibraciones internas.
De entrada, podríamos determinar que la causa de las no conformidades se encuentra en el laboratorio de calibración, ya que no ha realizado la calibración en todo el rango del equipo y nos ha devuelto un equipo con un error significativo. Pero las causas reales provienen del propietario del equipo y su no especificación sobre qué puntos o rango desea que su termómetro sea calibrado y que, una vez recibido el certificado, no ha sabido interpretar los resultados de calibración.
Para realizar una correcta gestión y uso de nuestros equipos es imprescindible que conozcamos las características de éstos (rango de medida, especificaciones,…) y que tengamos definidos los requisitos para su uso, de forma que podamos garantizar en todo momento su adecuación para el uso pretendido.
Todo esto se consigue fácilmente si tenemos conocimientos sobre en qué consiste una calibración, qué información nos dan en un certificado de calibración, qué es el error de calibración, cómo se calcula la incertidumbre de calibración, qué debo hacer después de calibrar un equipo, cómo defino el error máximo permitido en mi equipo, etc.
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