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Psicología adolescente: consejos para abordarla

La psicología adolescente hace referencia a las características principales de una persona inmersa en este periodo de su vida. ¿Te preguntas cuáles son estas características? Sigue leyendo, aquí van unos consejos para abordar esta etapa de la vida. Además, si te interesa seguir aprendiendo sobre psicología para adolescentes, no te pierdas la oferta formativa especializada de Formainfancia European School. Conviértete en un experto del sector.

Durante la etapa de la adolescencia, las personas intentan crearse una identidad en un grupo. Y por eso crean un nivel de autonomía mayor respecto a sus padres. A lo largo de la infancia, los pequeños suelen idealizarlos, pero en este momento, detectan algunos “defectos” en ellos.

Aunque es cierto que algunos padres temen la llegada de esta etapa en sus niños, se trata de un periodo de suma importancia.

Marcado principalmente por el descubrimiento de nuevas situaciones y experiencias, el periodo de la adolescencia suele dejar marca. Por ejemplo, es en esta etapa cuando suele aparecer el primer amor y sus sentimientos intensos. Asimismo, la percepción intensa de la realidad es también una marca principal de la adolescencia. Sin embargo, si eres adulto, no infravalores las preocupaciones que surgen en un adolescente.

Principales características de la psicología adolescente

Íntimamente relacionada con el ciclo vital, la adolescencia tiene un contexto temporal muy importante. Es el enclave entre la vida adulta y la infancia. Un momento en el que todavía no se tiene completa autonomía ni madurez. Se trata de una etapa de crecimiento y, sobretodo, descubrimiento de uno mismo.

Los principales acompañantes son los amigos. Con los que los adolescentes suelen compartir intereses y secretos. Asimismo, establecen conversaciones y experimentan vivencias parecidas, pasando tiempo juntos. Compartir un proceso vital es un motor de empatía, clave en la experiencia de compartir.

Por otro lado, la amistad se alinea con el deseo de aceptación e integración. Todo ello implica que la persona adolescente es más vulnerable ante opiniones o influencias.

Paralelamente, relacionado con el comportamiento en el hogar, aparecen otros cambios. Es normal que un adolescente busque pasar más tiempo solo. No es inusual que invierta más horas encerrado en su habitación. Es, simplemente, un comportamiento relacionado con el autoconocimiento. Por eso, la psicología adolescente se caracteriza también por ser un periodo de introspección, cambios y reflexión.

Así, la búsqueda de autonomía se manifiesta también en la relación con los padres. Es la primera vez que se ponen límites por parte de los hijos. Y es posible que surjan peleas por poner en duda normas que antes no se cuestionaban.

Afrontar la adolescencia como padres, madres y educadores 

Más allá de los prejuicios frente a la adolescencia, hay que conocer a una persona. Cada persona es única y especial, diferente respecto al resto. ¿Qué puedes hacer para mejorar tu relación y empatía con un adolescente? Aquí van unos consejos de psicología adolescente para afrontarlo:

  • Ponte en su lugar. Tú también pasaste por esta etapa. Comprender lo que está pasando te ayudará a ser más empático con él.
  • Respirar hondo. Los cambios que él mismo está experimentando comportan algunos momentos de “crisis”. Ser paciente con él es muy importante.
  • Limites claros. Aunque no sea fácil, no se debe caer en romper todas las normas y límites establecidos hasta el momento. La negociación no debería entrar en los planes.
  • Infórmate sobre su actividad en redes sociales. Estar atento a su uso y sus hábitos te ayudará.
  • No pasa nada por sentirse desbordado ante algunas situaciones. Si te ocurre, no dudes en buscar ayuda a un profesional de la psicología adolescente.

Ayudar a un adolescente

Sugerencias de psicología adolescente: 

1-. Intentar no perder la comunicación con el adolescente y con sus educadores o profesores. Colabora como si formaras un equipo con él.

2-. Ser coherente con las normas y límites. Intenta estar en concordancia con las normas de la escuela o los familiares, por ejemplo.

3-. Invertir tiempo es ganar confianza. Invertir tiempo en intereses en común y establecer rutinas juntos es ideal para crear un marco de comunicación propicio.

Fuente: Formainfancia

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