Todo profesor sabe que cada niño es un mundo y tiene necesidades educativas diferentes. Como docentes, deben brindar una educación de calidad e identificar posibles puntos de refuerzo en el alumno. En el caso de la educación especial, es vital proporcionarle al alumno un entorno y actividades educativas que atiendan a estas necesidades educativas especiales.
La educación inclusiva no significa ni excluir a los alumnos con cualquier discapacidad de la vida educativa corriente. Tampoco significa integrarlos sin atender sus necesidades específicas e ineludibles. ¿Quieres saber más sobre qué significa una educación inclusiva real? Sigue leyendo y saca tus propias conclusiones.
¿Qué significa integrar a los niños con necesidades especiales?
Integrar a los niños con necesidades especiales significa crear espacios adaptados a ellos, procurarles un buen desarrollo educativo con un personal docente sensibilizado y hacer que se sientan parte esencial del grupo. Aunque pueda sonar sencillo, suele conllevar grandes dosis de planificación y estudio por parte de los docentes para decidir cuál es la mejor manera de integrar a cada alumno según sus capacidades.
Más concretamente, una integración exitosa comprende:
- Ver más allá de su discapacidad: caemos en el fallo de percibir a las personas con discapacidades en un plano unidimensional. Es decir, como si toda su persona de pies a cabeza se basara en su discapacidad. Los alumnos con discapacidades sienten, se alegran, padecen, se relacionan y reflexionan como cualquier otro.
- Dejar de sentir lástima: entendemos que haya alumnos con ciertas discapacidades que puedan suscitar piedad, pero no podemos condescender eternamente a nadie. Aunque la intención sea buena, debemos intentar que se sientan como un igual.
- Reconocer su discapacidad: un error frecuente por parte de algunos padres es equiparar a un alumno con discapacidad al resto de alumnos neurotípicos. No es un enfoque beneficioso para este tipo de alumno, ya que tiene unas necesidades educativas especiales que no se verían suplidas por las prácticas docentes estándares.
- Atender sus necesidades: tenerlos en cuenta a la hora de planear y desarrollar actividades, especialmente grupales. En ningún caso el profesor ha de percibir al alumno con necesidades especiales como un escollo, ni ignorarlo, ni mucho menos menospreciarlo con palabras o por omisión.
- Formación docente especializada: los profesores o maestros deben de estar instruidos en educación especial y capacitados para integrar a los alumnos con necesidades especiales en el aula.
Consejos para integrar a un niño con necesidades educativas especiales en el aula
La inclusión del alumnado con necesidades especiales no se basta de un par de consejos. Sin embargo, algunas recomendaciones pueden serte útiles para orientarte y seguir unas directrices en caso de que sea necesario.
Nuestros consejos para integrar a un niño con necesidades especiales son:
- Tener un diagnóstico confirmado por un profesional: de esta forma, podremos identificar más fácilmente las dificultades que puede afrontar el alumno y evaluar la situación.
- Realizar un seguimiento: prestar especial atención a cómo se desenvuelve el alumno con necesidades especiales, cómo evoluciona y dar solución a posibles problemas que surjan.
- Potenciar su autoestima: establece una relación de iguales entre él y sus compañeros. Mándale tareas específicas que les resulten un reto, pero adaptadas a sus capacidades. Esto mejorará su autopercepción y se mostrará más predispuesto a interactuar con sus compañeros de clase.
- Motivarlo a que socialice: los niños con necesidades especiales son percibidos y se autoperciben como diferentes. Esto puede causar que se queden rezagados socialmente. Es por ello, que debes animarlo a que socialice durante las actividades grupales y en los recreos. A su vez, debes concienciar al resto del alumnado para que procuren integrar a los alumnos más tímidos.
¿Qué tipos de necesidades educativas especiales existen?
Cada niño es un mundo. Es por ello, que todo niño con algún tipo de discapacidad tiene necesidades educativas muy específicas en función de sus circunstancias. Las necesidades educativas especiales que más suelen darse mayoritariamente son:
- Necesidades físicas o sensoriales: aquí se encuadran los niños con discapacidad auditiva, visual o con problemas de movilidad.
- Dificultades de aprendizaje: es el caso del alumnado con discapacidad intelectual o con problemas de lectura como la dislexia.
- Alteraciones del comportamiento: algunos ejemplos son los niños con autismo, déficit de atención o hiperactividad.
Hay que tener en cuenta que, aunque estas tres necesidades suelan ser las más recurrentes, hay numerosas necesidades educativas especiales que han de ser atendida de igual forma. Estas pueden diferir incluso en niños que tengan la misma discapacidad.
¿Quién puede trabajar en educación especial?
Si te gusta trabajar con niños y sientes una vocación genuina por cuidar y comprender el mundo de las personas con discapacidades, la educación especial es tu lugar. Un docente de educación especial ha de ser muy empático, paciente, afectuoso, atento y muy responsable.
Asimismo, un docente de educación especial ha de estar bien formado. Es por ello que te recomendamos cursar el Máster en Educación Especial de Inesem, que profundiza sobre las diversas necesidades especiales existentes y te capacita para aplicar métodos educativos especializados.
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