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¿Qué es el coaching emocional infantil?

El coaching emocional se centra en el entendimiento de las emociones. Reconocer los sentimientos para así expresarlos y administrarlos de la mejor manera es crucial para lograr una buena salud mental. Este tipo de conocimiento ha sido olvidado en décadas anteriores, debe trabajarse desde la infancia para que los niños aprendan la importancia de expresar sus sentimientos.

¿Qué hace un coach emocional?

Esta técnica se encarga de orientar a las personas para que logren identificar, interpretar y controlar sus emociones. Los profesionales especializados en inteligencia emocional buscan hacernos tomar conciencia de los porqués de nuestros cambios de animo ante distintas situaciones de la vida. El autoconocimiento es lo que nos permite encaminar nuestras acciones para enfrentar los sentimientos de la mejor manera.

El coach de inteligencia emocional asesora a otras personas sobre cómo gestionar sus emociones. Para ello resulta vital contar con un buen nivel de autoconciencia, autocontrol, empatía y habilidades sociales. Tener una inteligencia emocional desarrollada significa que eres capaz de conocer lo que sientes. Estás capacitado para controlar tus acciones y actitudes. El autocontrol y saber medir las emociones implica haber llegado a comprenderlas y a dominarlas. No obstante, esto no implica que haya que reprimirlas, sino todo lo contrario, es necesario definirlas y aceptarlas para poder optimizarlas. Es en este punto donde es importante contar con la ayuda de un profesional si no somos capaces de gestionar equilibradamente nuestras emociones.

Coaching emocional infantil y juvenil

A muchos adultos suele resultarles complejo «domar» sus emociones; la inteligencia emocional, como todo, es mejor trabajarla desde edades tempranas del desarrollo. En la infancia y la adolescencia aparecen nuevas emociones que deben irse descubriendo y trabajando poco a poco, si en estas etapas aprendemos a identificarlas y a expresarlas, en la adultez estaremos más preparados para su correcta gestión.

A medida que  el niño va creciendo, irá descubriendo nuevos sentimientos como el miedo, la vergüenza, los celos, la rabia, entre otros. Es importante, también, que la propia familia y los centros educativos estimulen la posibilidad de expresar sus emociones con libertad, sin que se reprima ni juzguen sus sentimientos por más pequeños que sean, de otro modo estaremos coartando su capacidad para desarrollar la inteligencia emocional.

Durante la adolescencia, las personas sufrimos transformaciones importantes a nivel físico y emocional. Por un lado, el cuerpo experimenta cambios físicos, mientras que descubrimos nuevos sentimientos en relación a la propia persona y a los demás. Se trata, sin dudas, de una época conflictiva para la gran mayoría de las personas, por todos los altibajos emocionales a los que nos enfrentamos. La pubertad es, en efecto, una de las etapas más sensibles, donde los propios sentimientos y la interacción con el entorno y los iguales influyen decididamente en la vida del adolescente. Estos desequilibrios deben ser vistos como normales, pero no puede descuidárselos, debe estarse atento para identificar cualquier posible trastorno que afecte negativamente al desarrollo emocional del sujeto. El estado de animo y las actitudes nunca deben infravalorarse ni clasificarse simplemente como rebeldía si se detecta algo anormal.

Si desde la infancia comenzamos a trabajar las emociones, estaremos capacitados para afrontar con mayor convicción cualquier cambio que debamos atravesar durante nuestro desarrollo. Trabajar la inteligencia emocional en edades tempranas nos convertirá en seres integrales, más seguras y capaces de abordar las nuevas situaciones.

La inteligencia emocional aplicado al ámbito educativo

Los contenidos educativos de la formación infantil están ya orientados a desarrollar competencias emocionales entre los jóvenes, sin embargo, la necesidad de intercalar el conocimiento intelectual con el cognitivo ha ido en aumento durante los últimos años. Sin uno, el otro queda deficiente, por lo que reforzar ambos fomenta la fortaleza y la complementación.

La inteligencia cognitiva se adquiere al controlar la inteligencia emocional, pues te otorga estabilidad aprehender. No es cuestión de tener un coeficiente intelectual realmente elevado para lograrlo; muchos jóvenes con IQs altísimos no han alcanzado el éxito por problemas para controlar sus emociones. Dirigir las emociones es una tarea tan importante como necesaria, por ello introducir el coaching emocional en el ámbito educativo es decisivo. Los pequeños tienen que aprender a centrarse en su yo interno, ayudándolos a descubrir sus temores, alegrías, frustraciones y enfados para que puedan nivelar sus sentimientos y desarrollar una autoestima positiva. Del entendimiento interno se desarrollará la habilidad para comunicarse eficazmente con el exterior, con sus padres, profesores e iguales.

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También es imprescindible incluir al entorno familiar de los jóvenes y a sus profesores. La interacción con el resto de compañeros es imprescindible, el trabajo en equipo es el medio que permite agrupar todos los entornos.

El coach debe dominar la programación neurolingüística y, obviamente, emplear una comunicación fluida y adaptada a los pequeños. Explicar y transmitir de manera sencilla es necesario, recurriendo a métodos adecuados para dicho fin.

¿Qué necesito para formarme en coaching emocional para niños?

El coaching emocional infantil requiere de conocimientos en distintos áreas y de especializarse en inteligencia emocional. Se necesita interés por la docencia y la pedagogía. Un coach en inteligencia emocional debe reflejarse como modelo a seguir entre los alumnos infantiles y adolescentes. Una formación adecuada te preparará para llevar adelante técnicas de comunicación y ejercicios para controlar la ansiedad, tan frecuentes en estos tiempos. Además, te ayudará a controlar la respiración y a manejar el estrés, herramientas útiles a la hora de trabajar dentro de las aulas.

Formará parte del proceso de coaching, también, la instrucción a los padres y educadores para formar equipo y trabajar juntos en una misma dirección que permita al niño involucrarse con el aprendizaje de sus emociones en todos los ámbitos de la vida.

La programación neurolingüística ahonda en el interior de los estudiantes, brindándoles herramientas para comprenderse y para mejorar la interacción con su entorno, enfocándolos para que aprendan a ser mejores por ellos mismos. Ser un experto en el refuerzo positivo, sin hacer uso de castigos ni recompensas, hará que puedas reconocer cada emoción y así enfrentar las negativas, a la vez que se confrontan situaciones de conflicto en  distintos contextos. Deberás tener presente diferentes estrategias para llevar a cabo un buen rol como coach, valiéndote de argumentos filosóficos.

Fuente: Formainfancia

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