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Relajar la mente: un ejercicio de paciencia

Estrés, preocupaciones, asuntos rutinarios, afanes diarios, estilo de vida ocupados… ¿Quién se esfuerza todo el día para relajarse y sentirse impotente? Para muchas personas, relajar la mente no es tan fácil como relajar el cuerpo. Sin embargo, la práctica perseverante es el único camino para lograrlo. Mantener la calma física y mentalmente puede ser la clave de nuestra felicidad. ¿Necesitas algunas habilidades para aprender a relajarte? Sigue leyendo. Además, recuerda que puedes certificarte para trabajar profesionalmente, con la Certificación en Psicología Holística o el Curso de Mindfulness.

Consejos para calmar la mente

No es fácil manejar los momentos estresantes y el pánico manteniendo la cabeza fría. A veces decidimos no tomar una decisión y cargar con las consecuencias. Aprender a relajar la mente nos permitirá afrontar mejor el estrés y las preocupaciones; aquí hay 8 consejos útiles y efectivos para la relajación mental. Presta atención y empieza a practicar.

Practica la respiración profunda

El nerviosismo, el estrés o la ansiedad están directamente relacionados con un ritmo cardíaco más rápido y una respiración más rápida. Del mismo modo, los dolores de cabeza y la tensión muscular también están relacionados con estas afecciones. Si también te reconoces en esta descripción, aprende a relajarte y regular tu respiración.

Para hacer esto, primero coloca una mano sobre tu abdomen y respira profundamente. Fíjate como el pecho se expande, el abdomen se encoge y retiene el aire para liberarlo gradualmente.

Cuida los «malos hábitos» cotidianos

El teléfono se ha vuelto una constante: lo revisamos cada tanto minuto, esperando o respondiendo un correo de trabajo, un mensaje o una llamada. Seguimos recibiendo comentarios de la pantalla, que retroalimenta nuestra cadena de pensamientos y acelera nuestro ritmo de vida incluso cuando estamos en calma. Relajar la mente implica aprender a «desconectarse» del bombardeo de información y la conexión ininterrumpida.

Vivir y actuar estando presente

Muchas veces, no tenemos claro que vivimos en automático hasta que nuestro cuerpo nos lo avisa. Nos levantamos como autómatas y cumplimos a cabalidad todos los pendientes durante el día, sin detenernos a evaluar cómo se sienten nuestro cuerpo y mente.

Para relajarnos, es necesario apagar el piloto automático. Hacerlo significa descubrir nuevas emociones o sentimientos, que de lo contrario ni siquiera notaríamos. Por ejemplo, apagar el piloto automático en la ducha diaria y presar atención a la sensación del agua sobre la piel.  

Relaja la mente a través de la conciencia.

Una vez hemos logramos desactivar el piloto automático, ese que nos hace actuar sin detenernos a tomar tiempo para nosotros, podemos empezar a escucharnos. Esto permite alcanzar un grado de conocimiento más alto, explorar sentimientos nuevos, retomar un poco nuestra condición humana y dejar de ser robots que hacen un trabajo repetitivo.  En resumen, darnos cuenta de que somos humanos, tenemos sentimientos y emociones, puede ayudarnos a relajarnos en cuerpo y mente.

Comienza de nuevo

Algunas personas no pueden eliminar los pensamientos negativos, si no es a través de las palabras. Sin embargo, incluso con ellas, no siempre es fácil romper ese círculo vicioso. Por lo tanto, relajar la mente escribiendo es un ejercicio eficaz y un buen consejo es mantener siempre un bloc de notas en la billetera o bolsillo. Cuando un pensamiento te haga sentir preocupado, puedes acudir al bloc y escribirlo. Esto te permitirá «deshacerte» del pensamiento y relajar tus pensamientos.

Relaja tus manos (tu cerebro lo notará)

Suena como una «tontería», pero este es un ejercicio instantáneo que te permite relajarte rápidamente. Cierra los ojos y abre los brazos en cruz, sin tirar de los codos, con las palmas mirando hacia arriba y relajadas. Esta postura con el pecho abierto te permitirá respirar más efectivamente y descansar la mente. 

Practica deporte

No lo decimos nosotros, lo dice la ciencia. El ejercicio es el mejor amigo para combatir el estrés y relajarse. En este sentido, nuestro consejo es que practiques cualquier movimiento, suave, dinámico y/o de alta intensidad. El objetivo es «aliviar» el estrés y las preocupaciones, así que lo importante es apartar un par de minutos al día para hacer esto. No te fuerces, solo encuentra el deporte que te gusta: bailar, caminar rápido, trotar por la mañana… Cualquier entrenamiento puede ayudarte a sentirte mucho mejor después de la práctica.

Ejercita la imaginación

El poder de la imaginación está fuera de toda duda. Por supuesto, ya has oído hablar del uso de la técnica de la pared blanca y, en caso de que no, te la explicamos brevemente: se trata de un ejercicio en el que se invita a pensar en una pared blanca; de esta manera, se alejan los pensamientos confusos o negativos y se logra cierta paz. Es una técnica muy popular, pero no todo el mundo logra concentrarse hasta encontrar un lugar de calma mental.

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