Los residuos hospitalarios son aquellos generados en los centros de salud, consultas médicas, hospitales y clínicas. Suelen ser de un solo uso, ya que algunos de ellos pueden ser muy peligrosos, como los materiales quirúrgicos o los residuos infecciosos procedentes de muestras biológicas. Por lo que, para evitar riesgos en la salud de las personas y para el medio ambiente, su correcta clasificación y tratamiento son imprescindibles.
Así pues, si quieres saber cómo deben clasificarse los deshechos hospitalarios, te recomendamos que sigas leyendo. Y recuerda que puedes estudiar el Curso online de Auxiliar de Enfermería de Escuela Inenka para enfocar tu futuro profesional hacia el sector sanitario.
¿Qué son los residuos sanitarios?
Como sabrás, existen muchos tipos de residuos sanitarios, siendo alguno de ellos muy peligrosos para la salud. El marco legal que regula su clasificación y gestión es competencia de cada Comunidad Autónoma, pero dichas normas van acordes con la legislación estatal y europea.
Así pues, a grandes rasgos encontramos diferentes deshechos sanitarios, como la ropa desechable o vendajes generados en centros sanitarios. También están las muestras de fluidos corporales o los residuos procedentes de intervenciones quirúrgicas, así como los químicos procedentes de medicamentos o termómetros, e incluso los radioactivos, procedentes de pruebas médicas.
Riesgos de los residuos sanitarios
Más adelante vamos a explicarte la clasificación específica de los residuos sanitarios y verás cómo la correcta gestión de estos está estrechamente relacionada con la salud del personal sanitario y de las empresas de recogida de residuos.
Una mala gestión de los deshechos sanitarios puede afectar gravemente a la salud de los trabajadores, pacientes y ciudadanos, además de afectar negativamente al medio ambiente. Por ejemplo, una persona sana que entra en contacto con alguno de estos residuos, como son las agujas o la sangre, puede generarle una infección y terminar por contraer alguna enfermedad, como la hepatitis. Por tanto, un correcto almacenamiento y tratamiento evitará el desarrollo de patologías graves.
¿Cómo se clasifican los residuos hospitalarios?
Según la normativa española y europea, los residuos hospitalarios se clasifican, a grandes rasgos, como:
- Genéricos. Son los que se generan en los centros de salud, sin tener en cuenta el estado en el que se encuentran.
- Biosanitarios. Se producen a partir de la actividad sanitaria y pueden estar contaminados con sustancias biológicas, como es la orina o la sangre humanas.
- Citotóxicos. Proceden de restos de medicamentos citotóxicos, así como materiales que hayan estado en contacto con estos.
De la misma manera, según el origen y riesgo de los residuos hospitalarios, se pueden clasificar en cuatro categorías. Por lo que, a continuación, te explicamos cuáles son, su grado de peligrosidad y las medidas y tratamientos que se les aplican.
Grupo I
En la primera categoría se incluyen los residuos que no son peligrosos, como el material de oficina o los restos de cocina. Al igual que con los residuos domésticos, estos también se reciclan al contenedor pertinente.
Grupo II
En esta se incluyen los deshechos no infecciosos y de un solo uso, como guantes, vendas o curas. Se reciclan en contenedores no desechables, con bolsas de polietileno de un solo uso y rotuladas como “residuos sanitarios no específicos”.
Grupo III
En esta tercera categoría se incluyen los residuos que pueden provocar infecciones, es decir, residuos biosanitarios. Estos pueden ser fluidos humanos de cualquier tipo y también agujas, vacunas o cualquier material punzante.
Los materiales punzantes se tiran en contenedores amarillos, mientras que el resto se depositan en unos contenedores negros. En ambos hay indicado un símbolo de biorriesgo, son de un solo uso y están elaborados con materiales que garantizan su almacenamiento de forma segura.
Grupo IV
En la última categoría se incluyen los residuos más peligrosos, los citotóxicos. Suelen generarse a partir de sustancias químicas y medicamentos caducados. Se almacenan en contenedores azules rotulados con “material contaminado químicamente”.
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