El mundo de la educación ha vivido una transformación histórica en los últimos cincuenta años. El desarrollo de herramientas y metodologías de enseñanza, además de los diversos niveles de atención que se presta dentro de las aulas, sumado a la concienciación de la función social que ejerce, ha generado una evolución transformadora para los profesionales de la educación.
En el terreno de las tecnologías aplicadas a la enseñanza, se puede decir que el primer paso se dio con la utilización de proyectores con acetatos, que complementaban la clásica pizarra. Eran capaces de mostrar rápidamente la información allí contenida, y además utilizarla como base para ser ampliada sobre la misma lámina o sobre el soporte de proyección. A partir de ahí se ha vivido una evolución hacia la informática, las pizarras digitales interactivas, las plataformas de aprendizaje, la incorporación de terminales por alumnos (primero los netbooks, después las tablets, y ahora también los Chromebooks), las aplicaciones móviles enfocadas al aprendizaje, la aparición de recursos, herramientas y tutoriales accesibles mediante internet para profesores y alumnos, etc.
La Pandemia normalizó la utilización de todos estos medios y recursos tanto dentro como fuera del aula. En este marco las editoriales también han adaptado su cartera de recursos a entornos digitales, ofertando una gama cada vez más amplia de herramientas de enseñanza y aprendizaje.
Y en este marco el futuro también es cada vez más incierto, con la aparición de OpenAI, que sorprendió a finales de 2022 con un chat capaz de responder de manera coherente a las preguntas que se le hacían, utilizando y gestionando argumentos expositivos con apenas errores. Este nuevo escenario abre interrogantes sobre los métodos de evaluación, especialmente la utilización de recursos expositivos para medir el aprendizaje de los alumnos.
El proceso de adaptación a un entorno tan cambiante no está siendo fácil. Los profesores tendemos a consolidar nuestras metodologías a lo largo del tiempo, mientras que el contexto evoluciona cada vez más deprisa, y las generaciones que pasan por las aulas cambian sus puntos de referencia más rápido, exigiendo una atención y adaptación constante.
En un estudio publicado en 2019 (Fuentes., J.L., Albertos J.E., Torrano, F. (2019) Towards the Mobile-Learning in the School: Analysis of Critical Factors on the Use of Tablets in Spanish Schools. Education in the Knowledge Society, 20, 1-17), realizado en centros educativos españoles que habían incorporado la tablet recientemente como herramienta, se comprobó cómo los profesores valoraban de manera positiva su introducción, ya que según reflejaban sus respuestas, la utilización de la tablet en el aula favorecía los aprendizajes y mejoraba los resultados en los alumnos, especialmente en la utilización de los contenidos; pero también mostró que apenas se había formado a los alumnos, familias y profesores para aprovechar al máximo esta herramienta en el contexto educativo.
Es ahí donde está el gran margen de mejora. La formación en metodologías y herramientas asociadas a lo digital es esencial para convertirlas en una oportunidad para el aprendizaje de los alumnos, teniendo en cuenta que ya es el ámbito natural en el que nos movemos. La tecnología es un aliado, pero requiere de formación constante para ser correctamente gestionado. Si hace unas décadas el desarrollo de estas competencias en profesorado eran una cosa más que podían aprender, hoy se ha convertido en un aspecto imprescindible, que afecta tanto a la evaluación y medición de los aprendizajes, como a las metodologías de enseñanza, y por lo tanto a las herramientas que el profesor puede utilizar y a las que el alumno ya está acostumbrado.
Desde las instituciones de educación superior, VIU en nuestro caso, en las que se investiga y se enseña, estamos dando respuesta a estos retos, en un proceso de adaptación constante, actualizando nuestros programas con la incorporación de la tecnología como un elemento natural más dentro del aula, y también desarrollando nuevos títulos que permitan al profesorado gestionar adecuadamente las herramientas digitales, en un marco que nos acerca cada vez más al Lifelong Learning. Existe en este sentido una conciencia cada vez más clara de que el contexto y las oportunidades reclaman una actitud innovadora permanente, que acerque las aulas a la realidad y la realidad a las aulas.
Escrito por
Jesús E. Albertos San José, Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Internacional de Valencia
