La teoría de la ética discursiva tiene que ver con el campo de la comunicación. Si partimos en una época de la historia más hacia el siglo XX, podríamos decir que esta corriente nace a partir de la depresión que generó la segunda guerra mundial. Durante esta época las clases sociales tuvieron que conciliar en muchas ocasiones sobre los nuevos proyectos de industrialización y crecimiento científico a los que se vieron enfrentados, por lo que la comunicación actuó como una nueva herramienta para la de libertad de expresión, el razonamiento y resolución de problemas.
Detrás de una idea, siempre hay un defensor
Habermas es un filósofo y sociólogo alemán que defendió con sus grandiosos ideales en filosofía política del lenguaje, ética y teoría del derecho, lo que hoy en día es conocido como ética discursiva. Una teoría ética que apoya cualquier proyecto de libertad, teniendo en cuenta la participación de los individuos en contextos laborales, sociales o comunitarios; mediante discursos que defienden la razón como su principal principio de comunicación.
Una ética diseñada para la esfera pública
Es justo en los espacios de esfera pública, donde se exponen distintas visiones de la realidad e intereses de la sociedades. Estos espacios pueden ser clases de estudio, las calles, medios de comunicación, reuniones socio-políticas e incluso áreas laborales, en donde se deben tomar decisiones por un grupo determinado de personas para llegar a una conciliación o bien común y es justo en estos contextos donde hace su entrada la ética discursiva, resolviendo desde la comunicación todo tipo de situaciones.
La intervención de cada individuo es importante
Para lograr el éxito en este tipo de intervenciones es importante darle importancia a cada persona y su propuesta de valor. Buscar intermediarios o interlocutores que ayuden a moderar los espacios de comunicación, así como infundir la igualdad de conocimiento, la libertad y la autonomía.
Para esto se debe reconocer la validez de cada interlocutor poniendo en práctica lo más importante de esta ética, que es la comunicación colectiva. Por lo tanto no se puede pensar que sólo será válido lo que dice uno mismo, sino que se debe trabajar para llegar a un acuerdo mediático.
El discurso juega un papel muy importante.
Es importante que el discurso cumpla con ciertas características. Para empezar debe ser sencillo y fácil de comprender. También es fundamental que cumpla con la rectitud de las normas sociales y tener una intención de neutralidad.
Esto permitirá que el dialogo de corrección moral sea el indicado y que todos puedan aceptar libremente las consecuencias y efectos secundarios de las normas o resoluciones acordadas. Además, a partir del discurso pueden reconocer un cumplimiento general para la satisfacción de los intereses de todos.
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