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Una figura clave en la gestión sanitaria; los supervisores de enfermería

Cuando hablamos de gestión enfermera, hemos de asumir que los centros sanitarios se encuentran ya inmersos en la revolución digital; por lo tanto, los nuevos gestores de enfermería deben tener la capacidad de asumir, clasificar, organizar e interpretar los constantes flujos de información.

Las áreas estratégicas en los próximos años se perfilan como la actualización de las áreas competenciales y la optimización de las actividades/resultados que conforman el desempeño de tareas propio del personal de enfermería.

Actualmente, es necesario redefinir estrategias, pensar de forma ágil y digitalizar las competencias clave. 

Con ello deberíamos ser capaces de extraer el máximo valor útil de la gran cantidad de datos que pueden ser procesados e incorporados a la práctica asistencial, posicionando la actividad de la institución sanitaria en un ecosistema mucho más amplio, dinámico y basado en la evidencia para la toma de decisiones.

El liderazgo también es motivación, supone ser capaces de involucrar, de la misma forma con el mismo entusiasmo, a toda la plantilla de los diferentes servicios en los mencionados procesos.

Objetivos de la gestión enfermera; funciones de los mandos intermedios

  • Cumplir los objetivos institucionales, garantizando la comunicación entre los miembros del equipo y la Dirección de Enfermería, estableciendo vínculos funcionales y eficaces. (Alinear misión, visión, valores y objetivos a la práctica diaria).
  • Optimizar la calidad de los cuidados en nuestra área de trabajo.
  • Gestionar incidencias, organizar y coordinar al personal adscrito al área competencial, promoviendo una actitud de consenso-armonía para lograr un clima laboral proactivo y dinámico. Procurar la salud física, psicológica y la seguridad de trabajadores y usuarios.
  • Evaluar el funcionamiento y la actividad asistencial, dentro del ciclo de mejora continua. Detectar problemas y ofrecer soluciones.
  • Garantizar la seguridad y continuidad de cuidados de los usuarios, aumentando la satisfacción percibida.
  • Mantener debidamente actualizados los conocimientos y aptitudes para el correcto ejercicio de la profesión sanitaria y transferir dicho valor a otros actores, aumentando el valor del capital humano institucional, siendo un referente de buena praxis.
  • Fomentar la toma de decisiones basadas en la evidencia y colaborar en el desarrollo de un óptimo nivel científico-técnico en nuestra institución y de la profesión enfermera.
  • Dispensar un trato respetuoso al medio ambiente y un correcto proceso en la gestión inversa de residuos.
  • Mejorar los procesos logísticos y la amortización de recursos materiales adscritos al área competencial.
  • Recopilar y procesar datos que aumenten nuestro valor institucional y repercutan en el bienestar social, a través de nuestras acciones de mejora.

Retos actuales de las supervisiones de enfermería

Hoy en día, una correcta gestión ya no se basa solo en manejar determinadas herramientas, estrategias y procesos.  Nuestro reto principal es ser líderes reales; debemos ser capaces de dotar de sentido al trabajo de los demás, y que el resto de los compañeros hagan los mismo en sus diferentes roles, preocupándose por trabajar por y para los usuarios, bajo las etiquetas de la calidad total.

Como consecuencia, al actuar movidos por el bien que haremos a terceras personas, es más fácil lograr cohesión y unidad entre los diferentes miembros del equipo, favoreciendo un mayor número de comportamientos cooperativos y mejorando el rendimiento de la relación líder-seguidor.

Este trabajo resulta imprescindible, atendiendo a los niveles de evidencia científica que deben sustentan nuestra adopción de medidas en la gestión y que, de esa manera, la movilización de los recursos, tanto humanos como materiales, repercutan de facto en un cuidado excelente. 

Resulta evidente la utilidad de conocer y consensuar niveles de logro mínimo exigido en la evaluación por objetivos, así como un tratamiento adecuado y ordenado de toda la información que se desprende de la práctica asistencial, para justificar un buen desempeño del cargo se supervisión, repercutiendo positivamente en todos los niveles de la gestión institucional y sanitaria.

Pero también es muy importante la gestión de emociones y riesgos, la humanización de los cuidados y ser capaces de adaptar nuestras competencias a los cambios rápidos que se van produciendo en la sociedad, a la que también debemos hacer llegar la importancia de la profesión enfermera y el peso real que esta, tiene dentro del sistema sanitario.

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