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Ventajas de tener un máster o postgrado

Aquellas personas que han realizado algún programa de postgrado, pueden aspirar hasta a un 40% más de sueldo que aquellas que no están en posesión de alguna titulación de este tipo. El incremento es gradual, ya que, de entrada, un máster no es el único factor que mejora las posibilidades de un aumento salarial.

La formación siempre es un extra, pero los especialistas en la materia son conscientes de que, lo realmente definitivo a la hora de aspirar a un incremento salarial es, al fin y al cabo, el desempeño.

El informe sobre Impacto de la formación en las retribuciones, realizado por Icsa Grupo en colaboración con La Salle Campus Barcelona-URL, confirma que la formación sí incide en el salario: existe un 40,5% de diferencia en las retribuciones medias entre los jóvenes con postgrado (que llegan a cobrar 25.857 euros al año) y aquellos que tienen una preparación menos especializada (que recibirán, de media, 18.399 euros anuales). La brecha crece en la franja de trabajadores de 50 años en adelante (38.446 euros anuales frente a 99.676 euros).

El estudio de un máster o de algún programa de postgrado permite al recién titulado obtener bagaje y una preparación muy valorada por las organizaciones, especialmente cuando se aspira a un primer empleo.

Además, según el informe de Icsa, un universitario en posesión de una titulación de postgrado y que empiece a trabajar a los 24 años y se jubile a los 65 puede aspirar a obtener unos ingresos brutos superiores a los 2,8 millones de euros a lo largo de toda su vida profesional, un 23% más que hace siete años. Estos datos confirman que la formación contribuye a un incremento salarial, pero de entrada, no siempre es definitiva.

Otra de las cualidades más valoradas en los procesos de selección es la perspectiva internacional que adquieren aquellas personas que realizan un máster.

Algunos directores de recursos humanos aseguran que, a veces, una formación de posgrado puede provocar un efecto rebote: «Los empleados se creen en disposición de exigir más en términos económicos y profesionales porque cuentan con un MBA. Pero a veces, su desempeño no mejora y la respuesta de la empresa no cubre esos objetivos dinerarios y de promoción con los que contaban». Esto puede frustrar al profesional y, por tanto, su desempeño empeora.

Por ésta y muchas otras razones, los empleadores muestran interés no sólo en la formación recibida sino en cómo se cuenta la experiencia en el currículo. Además, es imprescindible comprobar qué hace y qué puede hacer realmente el aspirante. Por esta razón, las escuelas de negocios fomentan cada vez más la capacidad de aplicar los conocimientos adquiridos a la empresa y de llevarlos a la práctica para que realmente sirvan de algo.

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