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Tecnología: ¿aliada o enemiga en la crianza de los niños?

El vertiginoso avance de la tecnología nos obliga a mantenernos actualizados día a día. Los niños y adolescentes adquieren este tipo de competencias con mayor velocidad, pues crecen en contacto directo con internet y los distintos dispositivos que permiten su aplicación, como móviles, videoconsolas, tabletas.  Los estudios demuestran que los diferentes juguetes electrónicos pueden ser beneficiosos para el aprendizaje por su alto contenido lúdico e interactivo.

Es muy importante tener en cuenta que será durante la etapa infantil cuando el ser humano se encuentre más preparado para aprender. La capacidad receptiva de los niños es mucho más amplia que en los adultos, son, de alguna manera, una suerte de hoja en blanco esperando ser escrita, por lo que son capaces de absorberlo todo, y no debe sorprendernos la facilidad y rapidez con que aprenden a usar diferentes dispositivos electrónicos.

Los niños socializan con todo el entorno que los rodea, interactúan con cada elemento y realizan aprendizajes acordes a la convivencia familiar y social, lo que incluye a otros niños y adultos. Es un hecho que la tecnología bien aplicada resulta una herramienta útil e interesante para ayudarnos a aprender, aunque tampoco debemos pretender reemplazar completamente unas actividades por otras.

Se ha demostrado que el uso moderado y bajo la supervisión de los adultos responsables de programas y aplicaciones de buena calidad puede ser beneficioso e, incluso, puede ayudar a integrar a niños con problemas para desarrollar ciertos capacidades, habilidades o conocimientos.

En este sentido, también es cierto que el abuso de la tecnología puede llevarlos a un aislamiento mayor, apartándolo de ciertas experiencias centrales para la vida social o familiar. Mucho tiempo centrado en un dispositivo o en varios, sin realizar ejercicio físico, ni otra actividad recreativa o intelectual puede ser contraproducente. Pero, claro está, todo se trata de encontrar un equilibrio: nada debe ser eliminado por completo de su día a día.

¿Qué efectos negativos puede producir el abuso de la tecnología a temprana edad?

Es un hecho que las redes sociales está cambiando la forma en la que nos relacionamos con los demás, estos cambios ya empiezan a notarse en los estímulo perceptivo de los niños que llevan a alteraciones de la conducta, a problemas de sueño y, algunas veces, al fracaso escolar.

La tecnología posee múltiples aristas positivas, pero no podemos descuidarnos y abusar de ella, de hecho se han desarrollado nuevas enfermedades asociadas a ellas y se han acentuando otros diagnósticos como la miopía o las lesiones cervicales a causa de malas posturas. Las nuevas plataformas electrónicas también fomentan, de cierta manera, la soledad y el aislamiento, por lo que se han vuelto un riesgo latente que no puede ser desatendido. Además, poseen un factor alienante, son absorbentes y llevan la pérdida de la noción del tiempo. Incluso, favorecen la adopción de falsas identidades que pueden dar lugar, en algunos casos asociados, a conflictos de personalidad, fundamentalmente en la adolescencia, cuando se es más vulnerable.

También es cierto que la adicción a las diferentes tecnologías puede estar ocasionada por un problema previo, como falta de amigos y soledad, pero puede ser un factor desencadenante y  puede llevar al joven a refugiarse en el mundo digital al no encontrar fuera de ese terreno con las herramientas necesarias para enfrentar su realidad.

¿Como identificar problemas de este tipo?

Un error común es infravalorar la obsesión a ciertos elementos electrónicos como móvil, tables o simplemente a internet, por creer que no puede ocasionar daños físicos a los niños. Sin embargo, esos elementos influyen en el estado de ánimo constantemente, perder el móvil, quitarles el videojuego o no poder conectarse da como resultado irritabilidad, aburrimiento y nerviosismo. Debemos evitar que nuestros hijos se vean absorbidos por la tecnología y si creemos que algo se está escapando de nuestro control hay que acudir a un profesional que nos de pautas para regularlo.

Si el niño no acepta límite alguno en un momento concreto respecto de quitar el dispositivo puede ser un indicador de que hay un problema, de hecho, una señal de alerta es que, cuando se impone el límite, el niño presente algún comportamiento disruptivo en otra área a raíz de ese límite.

Para considerar que el uso de las nuevas tecnologías e internet como una adición, el tiempo máximo de uso oscila entre las 20 horas y las 9 horas y media semanales o de 3 horas a poco más de una hora diaria.  Se recomienda evitar el uso de dispositivos antes de los dos años para no fomentar posibles problemas. Luego, a partir de los 2 hasta los 5 años, es recomendable que el tiempo máximo sea de unos 30 minutos diarios. A partir de los 6 años, el tiempo debería extenderse hasta una hora y media diaria y, en lo posible, que no ocurra de una sola vez, sino intercalándolos en intervalos de entre veinte y treinta minutos.

¿Cómo se puede prevenir el uso inadecuado de dispositivos electrónicos?

Prestar atención a los comportamientos de nuestros hijos es muy importante para prevenir cualquier tipo de disfuncionalidad, la supervisión en el aprendizaje del infante y el control sobre el tiempo que los niños hacen uso de los dispositivos son las bases principales. Si comprendemos que no hay mejor cura que la prevención, todo será más fácil.

Y, por supuesto, predicar con el ejemplo. Demos ser el modelo a seguir de nuestros hijos, pues de nosotros copian tendencias y conductas. Por ello has tú también un uso moderado del ordenador y el móvil, como se lo pedirías a tus hijos. Promueve la interacción familiar para que ello se vuelva una costumbre en ellos y fomenta el diálogo y la lectura. Otro buen camino puede ser practicar juegos en familia, salidas a entornos saludables, creando espacios de complicidad familiar que trasmitan valores esenciales.

Evita utilizar el móvil en la mesa y en los espacios comunes de encuentro social, transfórmalo en un lugar de encuentro donde compartir charlas y momentos especiales. Aprovecha para comunicarte libre y sinceramente, haciendo partícipes a todos de las conversaciones de lo que ocurre durante el día. Incluso, un buen plan es planificar un horario de uso y de trabajo con ordenadores y portátiles en la casa.

Ponte tus propios límites y te será más fácil poner límites a tus hijos. Recuerda que todo se trata de enseñanza de rutinas, hábitos y límites de horarios para todas sus actividades, por lo que también debe aplicarse al uso de la tecnología. Si les enseñas a gestionar su tiempo conseguirás que lo apliquen en todos los ámbitos de su vida, así podrán equilibrarlo todo de la mejor manera, tanto la tecnologías como el deporte, sus relaciones sociales, la lectura y sus obligaciones.

El niño debe interaccionar con su entorno, deben respetarse los tiempos lúdicos en compañía de otros niños y en familia y debe mantener un diálogo constante sobre sus inquietudes y preferencias. Eso permitirá detectar si existe una preferencia excesiva por los dispositivos electrónicos sobre la cual se deberá incidir.

Debemos enseñarles que el mundo que los rodea les ofrece tantos aprendizajes atractivos y necesarios para su desarrollo saludable y que no todo se cierra en el móvil. No pierdas oportunidad de llevar a tus hijos al parque y a hacer deporte, de modo que aprendan a convivir, compartir y respetar a los demás.

Fuente: Centro de Formación en Psicología Codex

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