Pobreza infantil y éxito escolar

La pobreza infantil y el rendimiento escolar son dos cuestiones que están muy ligadas. Lamentablemente, la crisis económica ha agravado el problema de la pobreza infantil, no solo en España, sino en todo el mundo.

Aunque la educación es un derecho universal, el desarrollo cerebral y el aprendizaje de un niño no termina, ni mucho menos, en la escuela. A veces pasamos por alto que las familias y el entorno en el hogar son factores clave para continuar trabajando y mejorando las técnicas de estudio y las estrategia de aprendizaje de un niño. Muchas de las familias que viven en el umbral de la pobreza no pueden atender este tipo de cuestiones, incluso las más básicas, y esto va en detrimento del éxito escolar.

Que los padres confíen en el centro al que va su hijo es importante. Es por ello que, sin cuestionar la labor de los docentes, ya se sabe que esto no es suficiente. En casa hay que hacer los deberes, reforzar las materias que más cuestan y seguir una rutina diaria. Esta rutina, en el caso de familias pobres o en riesgo de exclusión social, se ve alterada; el simple hecho de comer puede ser un logro diario.

No obstante, está comprobado que hay factores, fundamentalmente relacionados con los hábitos de vida saludables, que son muy importantes para el buen funcionamiento académico. Algunas claves son:

• Desayunar fuerte. Todos hemos experimentado que con hambre o falta de energía no rendimos suficiente. Es importante que los niños vayan al cole bien desayunados y con fuerzas para afrontar todas las tareas de la mañana.
• Horario en el sueño. El cuerpo debe dormir las mismas horas cada día. Los niños se recomienda que lo hagan entre ocho y nueve horas diarias.
• Cada día es importante hacer alguna tarea. Los padres han de intentar sacar tiempo para sus hijos de manera que fomenten en ellos el sentido de la responsabilidad, porque para sacar buenas notas no es suficiente la inteligencia, hay que ser constante y trabajar.
• Relación con otros niños. Las actividades extra escolares también fomentan el desarrollo de los pequeños. Aprender a jugar con otros niños y a relacionarse es una estimulación muy potente, aunque ellos no se den cuenta.
• El espacio para dormir y realizar las tareas también es aconsejable que sea un lugar tranquilo, luminoso y ordenado.

No hay que ser apocalípticos y pensar que los niños con menos recursos son siempre los que peores notas obtienen. Pero, por desgracia, en casos de pobreza extrema sí que puede pasar porque ni siquiera hay acceso a los recursos más básicos.

En definitiva, la constancia y los hábitos de vida saludables con dos de los factores más fundamentales para favorecer un buen rendimiento académico en los niños. Además, cuanto antes adquieran estos hábitos, mucho mejor, porque los aplicarán también en su etapa de adultos.