Definitivamente, el estrés es el mal de este siglo. Todos buscamos reducir sus efectos y volcarnos a una vida más tranquila y saludable. Una alternativa para combatirlo es el mindfulness. ¿Habías escuchado hablar de él? Hoy te daremos cinco técnicas de mindfulness para principiantes que te ayudarán a entenderlo mejor y a reducir esos altos niveles de ansiedad.
¿Para qué sirve el Mindfulness?
Aunque es una disciplina que cobra cada vez más importancia, puede que algunas personas aún no estén familiarizadas con ella. Os explicaremos ante todo qué es y qué beneficios puede brindar la practicar el mindfulness.
El mindfulness es una práctica basada en la meditación vipassana, también llamado Sati en pali, se centra en la Atención Consciente o Plena sobre los propios sentimientos y la experiencia propia en cada momento.
Beneficios del mindfulness
Adoptar esta práctica en tu día a día, puede traerte unos cuantos beneficios, aquí te detallamos algunos de los que es posible extraer de esta práctica:
- Reducción del estrés y la ansiedad
- Disminución de los niveles de cortisol (hormona del estrés)
- Reducción de los problemas de insomnio
- Concentración y atención más elevada
- Más creatividad y más memoria
- Mejora de las relaciones personales
¿Cómo seguir una rutina de mindfulness día a día?
Aquí tienes algunas ideas para realizar ejercicios con los que puedes iniciarte en el mindfulness:
- Concentración y atención: Un magnífico ejercicio de mindfulness para principiantes que, además de ser fácil, te ayudará a empezar a entender su dinámica. Deberás anclar tu mente en un punto en concreto, cualquiera sea, por ejemplo imaginando la luz de una vela o el agua de una fuente. Cuando tu mente empiece a divagar, vuelve a centrar tu atención con calma hacia este foco.
- Sensaciones físicas: Cuando te levantes, cuando te duches o cuando tomes el primer bocado de tu desayuno. Concentra tu atención en las sensaciones que experimenta tu cuerpo, prestándole atención a todas las emociones que vas generando. No te avergüences de preguntarte a ti mismo cómo has dormido o qué tal te sientes hoy.
- Para y pregunta: En medio de tu día a día, para y pregúntate a ti mismo qué estás haciendo o pensando. Nunca dejes de aprender sobre ti, te sorprenderás cuando descubras que tienes sed, que aprietas las mandíbulas o que tienes una postura incorrecta en tu silla. Esto también generará una buena sintonía con uno mismo.
- Más escribir y menos pantalla: Dedica aunque sea 15 minutos diarios a dejar tus pantallas de lado. Coge un lápiz o bolígrafo y un papel y escribe todos los pensamientos que pasen por tu cabeza. Intenta mantener la calma durante este ejercicio. Deja que fluya el pensamiento y anota lo que pase por tu mente. Esto de ayudará a despejar tus ideas.
- Márcate objetivos realistas día a día: No es que debas obligarte a cumplir con objetivos. Pero visualizar aquello que quieres conseguir te permitirá llegar hasta el objetivo más fácilmente. Recuerda que no es necesario que sean objetivos relacionados con el trabajo. Un buen objetivo sería, por ejemplo, lograr estar relajado por 15 minutos o disfrutar de un paseo por el parque.
Fuente: ELBS
