Mucha gente tal vez no conozca lo que es la tanatopraxia ni la tanatoestética, y seguramente desconozca de qué se ocupa un tanatopractor. Lo cierto es que esta profesión puede ser complicada de entender, pues tratar con la muerte no es fácil. Sin embargo, para ellos no deja de ser un trabajo como cualquier otro. Un oficio que, dicho sea de paso, es uno de los más estables del mercado laboral.
¿En qué consisten estas técnicas?
La tanatopraxia y la tanatoestética son un conjunto de prácticas y métodos que buscan mejorar la apariencia de las personas difuntas. Algunas veces, los distintos profesionales prefieren separar la tanatoestética de la tanatopraxia, la mayoría de las veces quien realiza ambas el propio tanatopractor.
Para entender la diferencia: la tanatopraxia se encarga de limpiar el cuerpo del occiso y de prepararlo para su conservación, restauración o reconstrucción en caso de que fuera necesario. Por otro lado, la tanatoestética, se encarga del embellecimiento del fallecido mediante el peinado y el maquillado, por lo que muchas veces se considera que la primera comprende la segunda.
Algo muy importante que debe tenerse en cuenta es que ambas prácticas se deben realizar respetando los deseos de los familiares y también las costumbres y prácticas religiosas propias de ellos. No debe olvidarse que se está trabajando con una persona que merece respeto y no un objeto. La idea de esta práctica es reducir cualquier impacto traumático, por lo que debe ser realizado con muchísima profesionalidad y cumpliendo normas de higiene.
Tanatopractor, una profesión con futuro
Sin dudas, esta no es una profesión válida para todas las personas, pues para desempeñar estas tareas debemos trabajar con personas difuntas, de modo que puede herir la susceptibilidad de algunas personas aprensivas o sensible. No obstante, es posible afirmar que es una de las profesiones más estables y mejor pagadas que existen: de media, el sueldo de un tanatopractor ronda los 1.700 y 2.100 euros mensuales.
Fuente: Instituto Hes36578245537288
