Carlos Martínez, presidente de IMF Institución Académica, postula diversos planteamientos con respecto a la Ley del Teletrabajo aprobada por el Consejo de Ministros, una norma cuyo fin es legislar la práctica laboral a través de los medios virtuales, una acción que por estos días ha tomado gran protagonismo debido a la situación de confinamiento provocada por la pandemia mundial por el COVID – 19.
En términos generales, el escenario mundial que ha dejado el 2020 a causa de las medidas adoptadas por los gobiernos para frenar el contagio, ha sido uno de los motivos principales por los que el teletrabajo aumentó significativamente. Con ello, muchas empresas se han visto obligadas a reestructurar la manera convencional en la que se desarrollan todas sus tareas, así que han tenido que implementar un nuevo modelo de trabajo a distancia.
Esta nueva forma de trabajo es, sin duda, una de las mejores medidas que se han podido instaurar para hacer frente a esta coyuntura social. En lo que se refiere al tema netamente productivo, los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadísticas demuestran que las cifras han sido muy positivas, entre un 5 y un 20 % de eficiencia.
Según Carlos Martínez, las administraciones que pretenden considerar como “legal” cualquier práctica relacionada con el ámbito empresarial están actuando de manera correcta, pues ello permitiría establecer ciertas reglas y lineamientos para evitar conflictos entre la empresa y el empleado.
Por otra parte, es fundamental que a esta ley se le agreguen dos factores básicos. El primero hace referencia a la parte empresarial; se trata de confiar en la autonomía del trabajador, de manera que la empresa no tenga necesidad de supervisarlo físicamente para comprobar que en realidad sí está cumpliendo debidamente con sus respectivos compromisos laborales. Cuando en el empleado se encuentra trabajando desde casa, la empresa debe depositar en él toda su confianza, siempre y cuando los resultados sean evidentes, tanto en cantidad como en cualidad.
Tras los meses de confinamiento que el mundo entero ha tenido que enfrentar, muchas cosas quedaron en evidencia. Por ejemplo, el teletrabajo ha sido la opción que muchas empresas han adoptado como medio para poder continuar con sus actividades; inclusive, después de la pandemia, piensan continuar con este mismo modelo de trabajo, más aún cuando el Gobierno declare una legislación para ello. Por tal motivo, este es el momento ideal para afianzar la productividad y la confianza, dos factores cruciales para que las empresas funcionen cada vez mejor, los empleados mejoren su productividad y todo fluya como debe ser.
En lo que se refiere a las condiciones de trabajo, esta nueva ley estipula que las organizaciones son las que deben asumir todos los gastos extra que representa para el empleado el desarrollo de sus actividades desde su casa. Por ejemplo, el trabajo a distancia requiere de un equipo informático adecuado, buena conexión a internet, e incluso, un servicio de telefonía, de manera que lo justo es que la compañía le garantice al trabajador las condiciones necesarias para que pueda desempeñar sus funciones de forma idónea al trabajar desde casa. Cuando la empresa cubre los gastos referentes a la labor a distancia, el trabajador puede aprovechar los beneficios y, así mismo, responderle a la empresa con un desarrollo óptimo de sus tareas y responsabilidades.
Herramientas de control
Controlar la efectividad del desempeño laboral del trabajador es uno de los aspectos más complejos y, así mismo, uno de los puntos más polémicos de esta ley. Según lo establecido en la ley, la organización es la encargada de adoptar las medidas necesarias para el control y la vigilancia de sus empleados, para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones laborales.
No obstante, es fundamental determinar los límites. Al definir los términos laborales, es importante que ambas partes (empresa y empleado) sean conscientes de ellos. Temas como los horarios laborales han de ser respetados tanto por el trabajador como por la compañía, así que, esto será también una cuestión de compromiso y honestidad de parte de los dos.
Finalmente, los derechos laborales son un punto que no se puede dejar de lado. Con base en lo estipulado por la ley, cada compañía deberá crear un apartado relacionado con la nueva modalidad de trabajo y sus clausulas correspondientes.
Este aspecto es muy positivo para ambas partes, pues permite afianzar la implantación de esta nueva modalidad de trabajo en la gran mayoría de las empresas españolas, además de incluir a las organizaciones y a sus empleados en un marco legal privado.
Estos convenios deberán tener en cuenta que los trabajadores a distancia deben conservar los mismos derechos que si estuviesen trabajando de manera presencial. De igual forma, la ley protege a los empleados cuando se muestran negativos a desempeñar sus funciones en la modalidad de teletrabajo, o en caso que deseen solicitar la reversión de su situación.
Debido a la importancia y al impacto que puede generar esta ley, IMF BUSINESS SCHOOL propone que, entre los empresarios, empleados, sindicatos y el Gobierno saquen adelante esta ley y, por qué no, llegue a convertirse en un referente mundial, más aún, en las circunstancias actuales.
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