De acuerdo a diversos estudios, los primeros tres años de vida de un bebé son esenciales para su desarrollo. Esto es así porque durante esos años el niño experimenta distintos estímulos que influyen en su desarrollo cerebral y facilitan su desenvolvimiento en distintas capas de su vida. Es conveniente tener esto en cuenta porque, durante estos años, es posible que aparezcan los trastornos infantiles de conducta. Algunos de ellos son el autismo y el Asperger, que pertenecen a una misma rama.
A continuación, en el siguiente artículo se comparte información sobre estos trastornos, incluyendo sus particularidades y diferencias para saber reconocerlos y evitar posibles complicaciones.
Autismo y Asperger
Formalmente, el autismo es definido como Trastorno del Espectro Autista (TEA). Este es una alteración neurológica que se produce durante los primeros años de vida. Por lo general, se relaciona con su capacidad comunicativa y sus habilidades para interactuar con los demás. Estos condicionantes se sostienen a lo largo de la vida de la persona, de ahí la importancia de saber reconocer para poder tratarlos.
Por otro lado, el Síndrome de Asperger (AS) también se agrupa dentro de los trastornos infantiles que influyen en las habilidades comunicativas de las personas. El AS es considerado como una variante del Espectro Autista. Se manifiesta al generar dificultades para relacionarse con otros. Sin embargo, su inteligencia suele estar por sobre la media común. Por eso suele sobresalir en otras áreas.
Indicios de Autismo en los niños
A continuación se descubren algunos de los aspectos a través de los cuales puede reconocerse:
- No interactúan demasiado con otros niños.
- No forman parte de encuentros típicos para jugar o recreando escenas específicas de diversión o situaciones hipotéticas.
- Establecen muy poco contacto visual.
- Manifiestan intereses pocos comunes y repetitivos.
- Generan auto – estimulación a través de movimientos bruscos. Estos suelen ser balancearse o aletear con las manos.
Indicativos de Asperger
- Manifiestan inconvenientes al momento de relacionarse con otros niños y adultos.
- Experimentan dificultades para empatizar con los sentimientos de otros.
- Son nerviosos al reconocer pequeños cambios en su rutina.
- Suelen expresarse de manera literal.
- Son hábiles durante situaciones, ante temas u usando objetivos específicos, aunque a veces puedan parecer torpes.
Ambos trastornos tienen una variedad de aspectos en los que se recomienda profundizar. Para ello se recomienda cursar el Máster en Trastornos en Autismo. En él se podrá explorar las distintas particularidades del Autismo y el Asperger para así poder ayudar a niños que experimenten alguno de ellos.
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