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Cavitación y radiofrecuencia: similitudes, diferencias y recomendaciones

Últimamente, en los centros estéticos se están llevando a cabo dos tratamientos muy populares para eliminar grasa y mantener la piel firme: la cavitación y radiofrecuencia .

Si alguna vez te has planteado recurrir a los tratamientos para reducir la grasa localizada en algunas zonas de tu cuerpo o mejorar tu silueta, pero no lo has hecho porque aún no sabes muy bien para qué sirve, no te preocupes, aquí te explicaremos para qué está indicado cada uno de estos dos tratamientos.

Diferencias entre cavitación y radiofrecuencia

Para empezar, la cavitación se utiliza para deshacer los módulos de grasa localizados en algunas zonas de nuestro cuerpo, ya sea en los brazos, piernas, glúteos o abdomen. Es muy efectiva si se aplica correctamente y los resultados son muy parecidos a los de una liposucción, pero sin todo lo que conlleva una operación quirúrgica. Esto se debe a que durante el tratamiento se emplean ultrasonidos de baja frecuencia en las zonas con grasa localizada, luego de que estos atraviesen la piel se originan unas microburbujas en el interior de las células adiposas, las cuales al implosionar hacen que el tejido graso se rompa y se transforme en líquido, el cual se expulsará a través de la orina y el sistema linfático.

No obstante, luego de pasar por la cavitación, en ocasiones nos encontramos con pacientes que sienten que a su piel le hace falta elasticidad y empiezan a verse unas pequeñas arrugas o líneas en la zona tratada. En estos casos, el tratamiento de la cavitación se complementa con la radiofrecuencia. Este segundo tratamiento no invasivo sirve para reafirmar la piel y disminuir el volumen corporal. A través de este tratamiento el paciente solo sentirá un ligero calor, gracias a su técnica, logra emitir ondas electromagnéticas que penetran en la dermis y epidermis para luego mover de forma rotacional las moléculas de agua del tejido graso. La temperatura puede diferir en función de la cantidad de agua que tenga el tejido tratado, por eso es fundamental que en las semanas previas a la radiofrecuencia el paciente beba bastante agua.

Al producir un calentamiento profundo, eleva la circulación sanguínea del tejido graso, reforzando su metabolismo. Dicho calentamiento va a favorecer el drenaje linfático, lo cual permitirá disminuir los líquidos y toxinas en el que se encuentran los adipocitos del tejido afecto de celulitis. Por último, la radiofrecuencia provoca la formación de nuevo colágeno tanto en la piel como en el tejido subcutáneo permitiendo que todo el tejido adquiera firmeza.

Aspectos a tener en cuenta

Existe un abanico de factores que debemos considerar si queremos acudir a estos tratamientos. Estos son:

  • Llevar una dieta sana acompañada de ejercicio físico.
  • Beber como mínimo de 1.5 a 2 litros de agua a lo largo del tratamiento.
  • Se realizan de 4 a 12 sesiones, siempre dependiendo del tipo de paciente y área a tratar.
  • Sus efectos son a largo plazo y poco a poco iremos notando los resultados.
  • No se recomienda realizar el tratamiento en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Tampoco en personas con prótesis metálicas, marcapasos o con alteraciones en los resultados analíticos relacionados con los lípidos, triglicéridos o colesterol.

En definitiva, este tipo de tratamientos requiere de un médico especializado que responda a todas las dudas o preguntas que tengas sobre el tema, allí se harán cargo de brindarte la asesoría adecuada según tu caso o condición.

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1 comentario en «Cavitación y radiofrecuencia: similitudes, diferencias y recomendaciones»

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