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¿Cómo evitar la procrastinación?

¿Tiendes a dejar las cosas para último momento y vives postergándolo todo? Pues, entonces, tu problema tiene un nombre: procrastinación. Este término refiere al hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, reemplazándolas por otras más irrelevantes o agradables.

¿Cuáles pueden ser las consecuencias de dejar todo para más tarde? Este tipo de conductas puede producirnos culpa por no lograr mantenernos enfocados en nuestros objetivos e, incluso, vergüenza o ansiedad. A continuación les dejaremos algunos consejos para combatirlo:

  1. Evitar los argumentos auto-permisivos como ”nada ocurrirá porque me retrase unos días”
  2. Comunicar lo que vas a hacer. Al expresar nuestros objetivos y necesidades en palabras frente a otro asumimos un compromiso tácito que nos ayuda a cumplimentar y realizar esa actividad.
  3. Reconoce cuando hagas algo en el momento que debes hacerlo. Es una forma de premiar el esfuerzo realizado. Puede ser algo simple como comer algo que te guste o ver un episodio corto de tu serie favorita luego de estudiar.
  4. Cambiar la actitud. No vivas pensando que las cosas son un deber, intenta desear eso que tienes que hacer. Este cambio de perspectiva puede ser el empujón que necesites para dar un giro completo. Reemplaza el «tengo que» por el «quiero que».
  5. Usa el fuego contra el fuego. Aunque la tecnología nos parezca un elemento de distracción, como las redes sociales o el móvil, pero también puedes beneficiarte de ellos. Existen apps como Antisocial, que te ayudará a hacer un uso «normal» del móvil. Otra opción práctica es utilizar alarmas o incluso la función de temporalizador para saber por cuanto tiempo puedes despejarte.
  6. Utilizar la técnica de los 5 minutos. Se ha comprobado que pasar más de cinco minutos haciendo una tarea genera ansiedad por terminarla. Por lo que si logras concentrarte por cinco minutos harás que tu psique quiera acabarla.
  7. No pospongas, ponte con ello. Muchas personas no posponen sus tareas por que ellas les representes dificultades, sino porque las asocian con sentimientos desagradables. La procrastinación puede ofrecerte una sensación de alivio del estado de ánimo a corto plazo, pero lo que realmente ocurre es que prolongamos la culpa y el estrés. Paradójicamente, lo que nos hará sentir mejor es cumplir con la tarea que estamos evitando.

Fuente: Centro de Formación en Psicología Codex

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