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¿Cómo mejorar tu salud a través de los diferentes tipos de respiraciones?

Todos necesitamos respirar para vivir. Sin embargo, respirar también nos afecta en muchos otros aspectos de nuestra vida cotidiana. Por ello, vamos a conocer a continuación los diferentes tipos de respiraciones que existen y cómo afectan a nuestra salud y bienestar. Continúa leyendo.

¿Cuántos tipos de respiraciones existen?

Los diferentes tipos de respiraciones se pueden clasificar dependiendo de diversos factores como por ejemplo por el mecanismo utilizado para intercambiar el oxígeno y el dióxido de carbono o dependiendo del componente que forme la atmósfera en un determinado momento. Y es que una correcta respiración es fundamental para mantenernos sanos. Como podéis imaginar, en algunas culturas la respiración consciente es un ejercicio diario que ayuda a que las personas que lo practican mantengan su bienestar mental y corporal al 100%. Por ello, a continuación, vamos a ver algunos de los tipos de respiraciones que más te pueden ayudar a sentirte mejor.

Respiración abdominal

También conocida como respiración diafragmática, se basa en el movimiento que se genera en nuestro diafragma cuando los pulmones se llenan poco a poco de aire. Este movimiento empuja lentamente al diafragma, que a su vez, también empuja los órganos situados en la cavidad abdominal. Como consecuencia, nuestro vientre se hincha, por lo que este es el hecho de que se denomine también respiración abdominal. Si te gusta o practicas yoga, reconocerás este tipo de respiración como respiración baja. Entre sus beneficios destacan la oxigenación de la sangre, su correcta circulación, estimulando a su vez el bombeo del corazón. También ayuda a reducir la ansiedad y esa sensación de nudo en el estómago que a veces nos paraliza.

Respiración costal o torácica

Este tipo de respiración se basa en la expansión de las costillas para ampliar la cavidad torácica. Ocurre cuando llenamos de aire la zona media del pulmón. Además, solemos realizaron sin darnos cuenta. Entre sus beneficios destacan el incremento de capacidad pulmonar y su efecto relajante.

Respiración clavicular

En la respiración abdominal nos basamos en la zona baja del pulmón. En la torácica ejercemos la zona media. Por lo que en la respiración clavicular nos vamos a centrar en la zona más alta de los pulmones. Es común en personas que sufren ataques de ansiedad o nerviosismo. También podemos verla en mujeres que se encuentran en los últimos meses de embarazo, cuando el bebé ocupa la mayor parte abdominal. Aisladamente, no posee ningún beneficio como tal, pero es muy importante para poder llevar a cabo el siguiente tipo de respiración que vamos a ver.

Respiración completa

Este tipo de respiración se conoce también como respiración yóguica. Su principal objetivo es conseguir el dominio de los tres tipos vistos anteriormente, ya que busca de un control totalmente consciente del proceso de respiración. Sus beneficios se multiplican, ya que engloban todos los de las respiraciones anteriores por lo que su práctica nos ayuda a aumentar la capacidad pulmonar, estimular la circulación sanguínea, proporcionando así serenidad, concentración y relajación.

¿Cómo practicar correctamente los diferentes tipos de respiraciones?

  1. Para a respiración abdominal, tendrás que acostarte boca arriba. Relájate, coloca tus manos sobre tu abdomen y comienza a respirar suavemente por la nariz hasta llenar por completo tus pulmones. Retén el aire unos segundos y comienza a expulsarlo poco a poco hasta quedarte sin nada de aire para provocar una inspiración profunda de nuevo. Recuerda mantener el aire unos segundos cuando inhales y también mantén unos segundos tus pulmones vacíos. Una vez lo domines, podrás probarlo en otras posturas.
  2. Para practicar correctamente la respiración torácica tendrás que sentarte, con la espalda recta, pero sin forzar la postura. Coloca tus manos sobre las costillas y expulsa todo el aire. Ayúdate a vaciar los pulmones tensando el abdomen. Inspira manteniendo la tensión en el abdomen, y observando como se van expandiendo tus costillas. Retén el aire y repite el proceso.
  3. Para empezar, practicar la respiración clavicular debes sentarte con los brazos cruzados y colocando tus manos sobre las costillas. Una vez encuentres la postura, exhala profundamente y contrae los abdominales, presionando las costillas con los brazos. Inspira lentamente intentando levantar la zona de las clavículas e intentando no mover los hombros.
  4. Por último, para practicar correctamente la respiración completa puedes tumbarte o sentarte. Para ello debes relajarte por completo. Debes respirar por la nariz, lentamente. A continuación, vacía tus pulmones con exhalando profundamente y comienza una inspiración abdominal lenta. Inspira aire de nuevo dilatando las costillas y poniendo en práctica la respiración torácica. Espira e inspira de nuevo intentando realizar la respiración clavicular. Mantén el aire unos instantes y exhala poco a poco intentando que primero salga el aire de la parte alta de los pulmones, luego por la parte media y finalmente por la zona baja. Mantente sin aire unos segundos y repite el proceso.

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