Paula tiene nueve años y es alumna del Colegio Infanta Leonor de Sevilla. Cada día esta niña andaluza asiste a clase y aprende junto a sus compañeros. Sin embargo, en los últimos meses ha tenido que combatir contra un enemigo duro de pelar: el ruido. Como consecuencia de una enfermedad rara, llamada síndrome 22q, la pequeña presenta alternaciones cognitivas y auditivas. No obstante, sus profesores apuestan por la inclusión y consideran que el bienestar de Paula en clase es un deber y un reto. Buena prueba de ello la da la última iniciativa de su tutor, Miguel Jurado. Después de que la madre alertara al docente de la inquietud que provocaba en Paula el ruido de las sillas, Miguel decidió buscar una solución práctica. ¿Y qué se le ocurrió? Pues nada más ni nada menos que insonorizar las sillas del aula con pelotas de tenis.
Sí, lo has leído bien. El maestro se puso en contacto con el club de tenis más cercano y se aseguró de que las pelotas frenaban el chirrío de las sillas. Por suerte, la idea funcionó y Paula ha ganado en calidad de vida y concentración. «El resultado ha sido espectacular. Paula está más tranquila en clase y con ella también el resto de compañeros, se benefician todos», cuenta Manuela, la madre de la pequeña, en una carta de agradecimiento. ¿Y tú? ¿Conoces otras historias en las que el ingenio ha facilitado la educación inclusiva? ¡Comparte tus experiencias con nosotros en un comentario!
¿Qué nos enseña la historia de Paula y las pelotas de tenis?
- Educación inclusiva: de la teoría a la práctica. Mucho se habla de educación inclusiva en las aulas de las escuelas ordinarias. Sin embargo, a la hora de la verdad es bastante difícil aplicarla, sobre todo por falta de recursos o de consciencia social. Así, muchas veces las familias y los docentes sensibles a esta cuestión deben llegar donde no llegan las administraciones públicas. En Emagister, aplaudimos la iniciativa de Miguel y Manuela y esperamos que Paula pueda seguir aprendiendo en las mejores condiciones posibles.
- Las aulas premian a los docentes ingeniosos y flexibles. Sin el ingenio de Miguel y el intercambio de impresiones entre el docente y la familia, la solución de las pelotas de tenis no hubiera aparecido. Esta historia nos demuestra que los profesionales de la educación deben mantener una actitud abierta, teniendo en cuenta que cada alumno sigue su propio ritmo de aprendizaje.
- Discapacidad en el aula: un reto, no un problema. Tradicionalmente, la discapacidad ha sido vista como un tabú difícil de abordar. Aunque esta tendencia empieza a invertirse, todavía son muchos los docentes que afrontan la diversidad como un problema y no como un enriquecimiento. En este sentido, es recomendable que cursen formaciones específicas sobre discapacidad para poder actuar sin prejuicios y con conocimiento de causa. ¡Nunca es tarde para cambiar de actitud!
¿Y tú? ¿Quieres saber más sobre educación y discapacidad? ¡Consulta los cursos disponibles en Emagister y ponte manos a la obra! ¿Con cuál te quedas?
