No hay nada mejor que un buen masaje después de un duro día de trabajo. Los masajes son una técnica que se aplica en diferentes zonas del cuerpo, manipulando las capas superficiales y profundas de los músculos. No importa si son masajes faciales o corporales, este tipo de procesos ayudan a relajar la musculatura y le aportan a la persona bienestar. Si te interesa este tema te invitamos a seguir leyendo, más adelante hablaremos sobre los masajes faciales y su importancia.
¿En qué consisten?
El rostro de las personas necesita una serie de cuidados diarios para que los músculos de la cara se mantengan fuertes. Pero si quieres ir más allá en el cuidado facial, los masajes faciales son una excelente opción para relajar los músculos tensos y al mismo tiempo estimular su firmeza.
Un masaje facial puede realizarse de varias formas. Puedes empezar en casa o acudiendo a un masajista, lo cierto es que en casa puedes realizar un excelente masaje facial con solo unas pocas herramientas. Primero que todo necesitarás tus manos y contar con diferentes cremas o aceites que le vayan bien a tu tipo de piel. Realizar este tipo de rutinas ayuda a disminuir los signos de la edad y a fortalecer los músculos faciales.
Pero… ¿Cómo realizo el masaje?
Lo primero que debes hacer es realizarte una limpieza profunda en el rostro, esto se logra después de una rutina de higiene facial. Así, eliminarás las impurezas y restos de maquillaje que se adhieren a la piel. Luego, ya estarás lista para comenzar.
Un masaje facial tiene como objetivo relajar los puntos de tensión musculares realizando una ligera presión. Es por ello, que debes untar tus manos con crema o aceite y trabajar las zonas del rostro que te explicaremos a continuación:
Contorno de ojos. Se trata de una de las zonas con más sensibilidad del rostro. Para poder relajarla debes usar la yema de tus dedos y dar pequeños toques alrededor de los ojos y en la sien. Luego, presiona ligeramente el entrecejo y realiza un movimiento lento de abajo hacía arriba que termine en la frente.
Nariz. Justo entre el puente de la nariz y los lagrimales se encuentra un punto de tensión. Para relajarlo, debes presionar suavemente y baja por la zona del párpado inferior, desde dentro hacia fuera. Realizando este movimiento se previene la aparición de bolsas.
Frente. La frente en una de las zonas del rostro en la que más tensión se acumula. Para relajarla, debes realizar un ligero masaje que vaya desde el centro de la frente hasta las sienes. Si sientes dolor, baja la presión del movimiento.
Barbilla. Es una de las zonas más divertidas de masajear. Debes realizar un movimiento suave para relajarla y luego dar pequeños pellizcos que comiencen en la barbilla y terminen en las orejas. De esta manera se logra que la piel del cuello esté firme y lisa.
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