En una organización, la persona al frente de las redes sociales se convierte en los ojos y en los oídos digitales de la empresa. Es la que escucha a los usuarios: sus sugerencias, quejas y alabanzas, la que conversa directamente con su público objetivo y, sobre todo, es la primera persona que detecta una crisis y que tiene en su mano solucionarla. Dejar las redes sociales de una empresa en manos de cualquiera, supone dejar la imagen de la marca en manos de cualquiera.
Construir marca es posiblemente una de las cosas que más le cuesta a una empresa, y lo que más le diferencia de su competencia. La marca crea una relación emocional con los usuarios, garantiza una calidad, facilita la comunicación comercial, fideliza y ayuda a construir clientes… ¿Por qué dejar la imagen de la marca en manos de un “aficionado”? La formación del Community Manager es imprescindible, no vale con tener cientos de seguidores en una red social o con hacer varias publicaciones al día.
Publicar o estar al tanto de las notificaciones son solo algunas de las funciones que desarrolla un Community Manager. Ser capaz de crear una estrategia orientada a conseguir los objetivos necesarios en cada 
caso es clave, y el tener esa visión estratégica, esa capacidad de análisis, de evaluación de resultados, de reorientación, el saber adaptar la frecuencia, el tono, lanzar los mensajes adecuados y además hacerlo de forma creativa para sobresalir entre todo el ruido, es lo que define al verdadero Community Manager.
Es imposible que un curso de 3 horas dote a nadie de las competencias necesarias para desarrollar el trabajo de un Community Manager. Con el Máster en Community Manager y Social Media de Spain Business School puedes convertirte en el profesional que las empresas están buscando, o en todo un experto para gestionar tu propia marca.
