Tienen entre 12 y 13 años, pero ya han sido capaces de ganar un concurso de robótica en Estados Unidos. Se llaman Núria Brusi, Laia Travé, Marc Falgueras y Àngel Roncero y han creado una silla de ruedas conectada a un brazalete. ¿Qué tiene de especial esta herramienta ortopédica? Pues muy sencillo: no solo levanta al usuario de la silla, sino que le permite realizar actividades cotidianas a través del brazalete. Por ejemplo, abrir puertas, realizar pagos o pedir ayuda en caso de necesidad. Así pues, el principal objetivo es que las personas con problemas de movilidad ganen calidad de vida. «La silla de ruedas también te avisa si tienes que tomar un medicamento. La hemos hecho para que las personas con discapacidad no necesiten ayuda y sean más autónomas. Se puede poner en postura vertical, así si tienen que coger algo no necesitan la ayuda de una segunda persona», explica Àlex.
Por suerte, la originalidad de estos chicos y chicas no ha pasado desapercibida. Primero, llamaron la atención en el campeonato español Vex Robotics, donde lograron una plaza para competir internacionalmente. Después, destacaron en los talleres Innova’t Educació de Girona, donde se prepararon para participar en el concurso de Estados Unidos. Finalmente, el gran premio llegó en la Vex Robotic Competition de Louisville (Kentuchy). La silla de ruedas con brazalete se enfrentó a otros 80 proyectos, ideados por jóvenes de todo el mundo. Aunque no llegaron a la final en las pruebas de habilidad, estos cuatro gerundenses superaron al resto de equipos en creatividad e innovación. Por ello, lograron el Inspire Award del jurado. ¿Cuál será su próxima innovación? No lo sabemos, pero una cosa está clara: los cuatro ya piensan en la Vex del año que viene, y es que la robótica les encanta. «La robótica nos permite aprender, estar con los amigos y conocer otros países del mundo», afirma Marc. Unos auténticos cracks: ¡estaremos atentos a sus progresos!
¿Qué nos enseña la historia de la silla de ruedas y el brazalete?
- Emprender no tiene edad. Cursan primero y segundo de ESO, pero ya piensan en inventar artilugios para ayudar a otras personas. Y es que cuando se tiene imaginación y creatividad no hay edad mínima que valga. Aunque pueden faltar algunos conocimientos académicos, un buen asesoramiento (y una buena financiación) pueden servir para tirar el proyecto hacia delante. En otras palabras, el gen emprendedor se lleva dentro. ¡Solo hay que dejarlo crecer!
- La robótica y la calidad de vida. Las nuevas tecnologías mejoran la autonomía de las personas con discapacidad desde perspectivas muy diversas. En este sentido, la robótica no es una excepción. Para comprobarlo, basta con hacer un ejercicio muy sencillo: comparar las sillas de ruedas, los bastones y los andadores de hace 10 años con los de ahora. Por suerte, el desarrollo de la robótica permite que los avances sean cada vez más efectivos. Ahora solo falta que las nuevas sillas de ruedas se comercialicen a un precio accesible.
- Emprender (también) es compartir. La creación de la silla de ruedas con brazalete no ha sido cosa de un único cerebro. Núria, Laia, Marc y Ángel la han construido trabajando en equipo, lo que también les ha servido para compartir momentos de ocio y amistad. ¡Un hurra por ellos!
Fuente: TV3
Es increíble el ingenio de estos chicos. Han logreado una verdadera proeza a una edad tan corta y con el propósito de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad. Sin duda, se merecen el apoyo de todos nosotros.