Los postres típicos de España son un verdadero placer para el paladar. Cada región se caracteriza por tener sus propias recetas dulces que hablan de la historia del lugar, sus antepasados y su identidad. Si estás interesado en hacer un recorrido repostero por el país y conocerlo a través de sus recetas, ¡este es el artículo correcto! Además, tienes a tu disposición el Máster en Pastelería.
¿Qué postres típicos podemos encontrar en España?
La repostería española es una representación viva de la identidad del país, su multiculturalidad y su rica historia. Durante los siglos, las recetas han ido mutando hasta asentarse en la memoria colectiva como tradiciones que no pueden dejarse de comer. La preparación de los postres guarda un ritual especial, pues el dulce implica un momento de celebración alrededor de la mesa. Con todo esto en mente, el siguiente artículo es un homenaje a algunos de los postres más famosos de España. ¡Empezamos!
Casadielles
Se trata de unas empanadillas típicas de la zona de Asturias, hechas con harina de trigo y rellena de nueces, anís y azúcar. En toda la región se fríen por igual, pero el relleno varía según la zona: en algunas se le agrega vino, en otras avellanas y en otras, miel. Aunque se puede encontrar en cualquier época del año, se come tradicionalmente en Carnaval (Antroxu).
Tarta de Santiago
Este postre originario de Galicia se prepara con almendras trituradas, huevo y azúcar en cantidades iguales. Se cocinan al horno con un poco de manteca hasta que el exterior dore y se les agrega azúcar glass con una plantilla en forma de Cruz de la Orden de Santiago.
Crema catalana
Un postre originario de la región de Cataluña, donde se come durante todo el año. Su preparación es similar a la de un Crème brûlée, a base de yema de huevo y crema pastelera, culminada con azúcar caramelizado. La combinación crujiente del azúcar con la clamosidad del resto del postre lo hacen uno de los más especiales del país.
Torrijas
Quizá uno de los postres más famosos de España, cuyo origen fue la necesidad de aprovechar esas rebanadas de pan que se ponían duras con el paso del tiempo. En la actualidad no mucho ha cambiado: se hacen con rebanadas de pan mojadas en leche, rebozadas con huevo y fritas. Se pueden endulzar con canela, azúcar o miel. Es un postres muy típico de la Cuaresma.
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