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Depresión en adolescentes: Problématica en aumento

La depresión está cobrando nuevas víctimas en una población en la que gran parte de las veces puede ser confundida con las conductas propias de la edad: los adolescentes.

Hoy en día, es una de las tres primeras causas de enfermedad y discapacidad entre los jóvenes de ambos sexos, según el reciente informe mundial sobre la salud adolescente Health for the World’s Adolescents, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con datos de políticas sanitarias de 109 países.

Así también, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los trastornos mentales se consideran un problema de salud en casi todo el mundo y se calcula que para el año 2020 la depresión será la segunda dolencia más frecuente y la primera causa de ausentismo laboral y escolar en países desarrollados.

AutsmoActualmente, las cifras hablan de un 20 por ciento de los niños y adolescentes del planeta con alguna enfermedad mental, pero los síntomas depresivos y la depresión se han convertido en un problema de magnitud notoria.

Natalia González, psiquiatra infantil y de la adolescencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, adscrita al Centro Médico Imbanaco de Cali, explica que “el trastorno depresivo mayor en niños y adolescentes es una enfermedad frecuente con una prevalencia de 0,4 a 2,5 por ciento en niños, y de 0,4 a 8,3 por ciento en adolescentes.
Se considera que es la segunda patología más vista en psiquiatría infantil y se asocia con disfunción familiar, escolar y conducta suicida”. González agrega que “es una enfermedad multifactorial y aparece en jóvenes susceptibles (con carga genética para depresión, herencia familiar de enfermedad mental), por factores ambientales y estresores como: disfunción familiar, poca supervisión de los padres, maltrato, violencia y abandono.

Álvaro Franco, psiquiatra especializado en niñez y adolescencia, concuerda con que la enfermedad está en aumento, y la define como “un estado de aburrimiento, irritabilidad y desesperación”, con síntomas muy puntuales. Para el especialista, la principal causa es “la necesidad de ser aceptados por los demás ante los altos estándares de éxito exigidos en los ambientes académicos, familiares y sociales (el niño como productor de buenas notas o calificaciones y como el más sociable de todos), es el ideal a seguir”, afirma.

La disfunción familiar es uno de los factores que más contribuyen”. El psiquiatra aclara que, aunque su aparición se atribuye también a causas físicas, estas se dan solo por asociación: “Se considera solo como un síntoma asociado. Por ejemplo, si tiene leucemia se deprime por tener la enfermedad”.

Incluso, hay otros males que con frecuencia se confunden con depresión, como el hipotiroidismo, que puede manifestarse con síntomas similares, y la anemia, que suele producir cansancio, fatiga, somnolencia y falta de motivación. De ahí la importancia de descartar con un especialista la presencia de alguna enfermedad física.

Sin embargo, no siempre se necesita un tratamiento médico. Franco afirma que este acompañamiento es muy importante, ya sea en casos moderados o severos, cuando hay ideas de muerte o suicidio; fracaso académico, mentiras, agresividad o consumo de sustancias (drogas o alcohol).

Recurrencia y suicidio

En cuanto al suicidio a causa de una depresión, que es la tercera causa de muerte entre adolescentes en el mundo, según el informe de la OMS, los expertos están de acuerdo en que no hay un 100% de seguridad de que el problema derive en esta consecuencia. Depende de la severidad del cuadro depresivo y de los factores tanto individuales como ambientales del paciente.
NiñoSuPara Franco, en los casos de suicidio pesa más el haber sido víctima de abuso o maltrato, así como la pérdida de seres queridos; todo esto en los primeros 12 años de vida. No puede olvidarse que en muchos casos la depresión tiende a ser recurrente y las personas pueden presentar varios episodios a lo largo de la vida; de ahí la importancia de identificarla y tratarla en edades tempranas.

“Eso nos da la opción de brindar tratamiento para evitar recaídas futuras –asegura Natalia González–. Cuando una persona recibe manejo, tanto farmacológico como psicosocial, empieza a enfrentar su vida de forma diferente, aprende estrategias de afrontamiento que le van a servir para adaptarse mejor a su entorno, con una capacidad de resolución de problemas que la ayudará a salir adelante.

El hecho de presentar una depresión en estas edades nos habla de cierta susceptibilidad a volver a padecerla; sin embargo, no necesariamente implica un desarrollo posterior de otro tipo de enfermedades mentales”. En este sentido, la OMS afirma en su informe que “si los adolescentes con problemas de salud mental reciben la atención que precisan, pueden evitarse muertes y un sufrimiento de por vida”.

Los síntomas

– Accesos de cólera recurrentes, manifestados verbalmente y/o con el comportamiento (agresión a personas u objetos), cuya intensidad o duración son desproporcionadas a la situación.

– Rabietas que no concuerdan con su edad ni desarrollo psicológico, y se producen tres o más veces por semana.
cólera
– El estado de ánimo entre los accesos de cólera es irritable o irascible la mayor parte del día.

– Ideas de desesperanza, minusvalía, suicidio, baja autoestima, dificultad para concentrarse, imposibilidad de disfrutar las actividades que les gustan, cambios en los hábitos de alimentación y sueño.

El tratamiento

Más del 50 por ciento de las personas que presentan un episodio depresivo pueden tener otro eventualmente, y el 20 por ciento de los casos tiene síntomas residuales, que se manifiestan con deterioro de su actividad escolar y social.

“El tratamiento debe ser multimodal, teniendo en cuenta que los factores que la producen son múltiples. Las opciones de tratamiento son farmacológicas y no farmacológicas o psicosociales”, explica la psiquiatra González.

Estas últimas incluyen la psicoterapia individual y familiar, los grupos de apoyo, la terapia ocupacional y la psicoeducación.

La educación a los padres y al paciente sobre la enfermedad está encaminada a que la familia comprenda las características, causas y opciones de tratamiento de la depresión, así como los efectos esperados y los efectos secundarios de los medicamentos. Todo ello ayuda a un mejor resultado del tratamiento.

Familia unida, mejor salud

La salud mental y la educación empiezan en casa. Una familia con buena comunicación, en la cual la participación de todos sea importante y tenida en cuenta, donde se compartan las pequeñas y grandes cosas, donde haya expresión de afecto, exista capacidad de crítica constructiva y un buen manejo de reglas, límites y normas por parte de los padres será funcional y podrá afrontar la adversidad con entereza, teniendo herramientas para resolver y adaptarse.

Es importante, además, que los jóvenes tengan una alimentación balanceada, hagan ejercicio regular y realicen actividades extracurriculares.adhara

Formación

En este aspecto, toda formación en este sector es poca, ya sea para ayudar a este colectivo mediante terapias psicológicas o instar a los propios jóvenes a que sean ellos mismos quien se autoayuden a evitar caer en este tipo de enfermedades o trastornos. Para ello, son muy importantes los centros como Adhara Psicología que, mediante cursos como el de Especialista en Psicoterapia Humanista Integrativa Infanto-Juvenil o el de las emociones en niños y adolescentes pueden colaborar a desarrollar tus conocimientos y aptitudes en este ámbito y poder así llegar a ser un especialista.

En busca de apoyo

Existen instituciones como la Fundación Unidos Contra la Depresión (Funidep) y la Asociación Colombiana Contra la Depresión y el Pánico (Asodep) que asisten a jóvenes y organizan grupos periódicamente.

Líneas telefónicas de atención las 24 horas apoyan a personas con riesgo de suicidio o en crisis:

-Línea del Ministerio de la Protección Social y Naciones Unidas: 01 8000 113  113.
-Línea del Icbf: 01 8000 918 080.
-Línea de los niños (Bogotá, Medellín, Cali): 106.

Fuente: Adhara Psicología & app.eltiempo.com

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