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Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo 2019

Un año más, el pasado 28 de abril fue la fecha en la que se celebró el “Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo”. La celebración de este día sigue siendo parte de la estrategia iniciada por parte de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, a través de la cual se busca promover y fomentar la cultura preventiva en la sociedad. De igual forma, el 28 de abril se conmemora el Día Internacional en Memoria de los trabajadores fallecidos y heridos, día promovido por el movimiento sindical en todo el mundo desde el año 1996 a fin de honrar la memoria de las víctimas de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.

Dentro de un mundo globalizado cada vez más complejo y tecnificado en muchos aspectos organizativos, el fomento de la cultura preventiva continúa siendo todavía una necesidad y un desafío para todos. Las cifras estimadas por la OIT relacionadas con las consecuencias reales que supone la falta de la cultura y la integración de la prevención siguen siendo escalofriantes y lo que realmente nos muestran es que todavía queda mucho trabajo por hacer para concienciar, diseño e implantación de políticas acordes a los riesgos actuales y emergentes.

Sigue siendo inconcebible que, en base a dichas estimaciones de la OIT, aún existan más de 2,3 millones de mujeres y hombres que fallecen en el mundo a causa de lesiones o enfermedades en el trabajo, siendo más de 350.000 muertes causadas por accidentes mortales y 2 millones de muertes relacionadas con enfermedades profesionales. Estos datos nos conducen a una media de 6.500 trabajadores que fallecen diariamente en el mundo por accidentes o enfermedades del trabajo. La cifra es sin duda escalofriante y nos habla de la magnitud del problema a nivel mundial.

Se necesita una reflexión real y profunda por parte de toda la sociedad en su conjunto al respecto de la situación actual y los desafíos organizativos, las nuevas modalidades de trabajo, la aplicación de las nuevas tecnologías, la precariedad de determinados sectores productivos, de modo que se continúen logrando acuerdos e impulsando todo tipo de acciones e iniciativas que ayudan a mejorar la integración en la prevención dentro del entorno laboral pero también desde el plano individual y personal.

Es evidente que el valor que se le da a la prevención de riesgos en el entorno europeo no tiene nada que ver con el sucede en otras partes del mundo, sin embargo, desgraciadamente, día a día es posible de comprobar. No estamos exentos de accidentes graves y mortales en entornos laborales que teóricamente deberían ser seguros para cualquier trabajador. La crisis económica de estos últimos tiempos, el retroceso en la inversión de medios para la actividad preventiva es un hecho y esto ha contribuido al repunte en los índices de siniestralidad, factor que nos vuelve a indicar que hay mucho por hacer todavía, empezando por concienciar a la sociedad en general de la importancia de la seguridad y salud como factor de progreso.

El fomento de la prevención y la cultura preventiva no puede ser un elemento inconexo y aislado que el trabajador “descubra” por primera vez dentro del entorno laboral u organizativo. La integración de dicha cultura preventiva debe ser iniciada y fomentada incluso desde nuestros primeros pasos como individuos, dentro de una sociedad activa y cada vez más compleja, a través de la educación y mediante la obligación moral y social que cada uno de nosotros tenemos de fomentar y transmitir en nuestro día a día.

Esperamos que llegue el día en que el 28 de abril sea solo una fecha más en el calendario.

Fuente: Universidad Europea Online

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