El cuerpo enseñado es un cuerpo consciente de sí mismo. Cuando la persona descubre que su cuerpo es la «sede» de su identidad van apareciendo capacidades sorpresivas de uno mismo y de los otros. Los verbos crecer, compartir, inventar, crear, recrear, comunicar empiezan a tener otro sentido que el que le damos cotidianamente.
La Gimnasia Consciente es una disciplina cuerpo-psiquis, en la que el cuerpo enseña modos de sentir, modos de percibir, modos de comprender las propias capacidades que se van desarrollando poco a poco. En el análisis del movimiento surge la idea de tono muscular, tono que es la base de la actitud y la postura, urdimbre donde se asientan las emociones. «Las emociones tienen por sostén el tono muscular» señaló Wallon, demostrando que toda variación anímica se trasluce por un cambio de tono, que a su vez se manifiesta en las actitudes corporales. La Gimnasia Consciente además de hacer percibir el movimiento orgánico con su recorrido articular, sensibiliza hacia los matices del tono muscular y por ese motivo prepara a la persona a afinar su expresión corporal, pero también para entender las actitudes psico-físicas de los que le rodean.
El cuerpo enseñado es convincente (elocuente) para la vida cotidiana y para aquellos que se dedican al arte en cualquiera de sus ámbitos: para el actor o actriz, para el músico, para el artista plástico, para el orador, para el terapeuta. Para llegar a los demás y para comprender esa parte de la vida que se hace visible a través del cuerpo en sus gestos, posturas, espacio que utiliza, ritmos de los movimientos. Una parte importante de las interacciones con otras personas se basan en la empatía, esa capacidad de vivenciar la experiencia corporal del otro, que la neurociencia ha corroborado mediante el descubrimiento y conocimiento de «las neuronas espejo». Esa capacidad es la de percibir lo que el otro siente, compenetrarse con el otro y responder a ello.
Pero también, además de la empatía kinestésica, que favorece la comunicación, se puede llegar a percibir las diferencias con los otros para aprender de ellas e igualmente comunicarse en las divergencias.
Uno de los fines de tener un cuerpo enseñado es el restaurar la unidad del cuerpo y la mente, lo racional y lo emocional.
En ese espacio-tiempo de la gimnasia consciente, desterrar la palabra competencia, no desear superar a nadie, sino encontrar un lenguaje más real y esencial para la comprensión y el compromiso con uno mismo y los demás.
Recientes investigaciones en el campo de la neurociencia confirman que el cuerpo y la mente son inseparables aunque se pueden distinguir, por lo que una formación corporal enfocada al contacto con el mundo emocional nos puede sugerir una fortaleza estructural de la persona. Nazareth Castellanos en su libro Neurociencia del cuerpo explica que a través de la educación corporal se puede modificar el pensamiento y las emociones:
[…] Hemos visto que una idea se materializa en sensaciones y estados corporales. Una palabra agresiva, un correo estresante o una sonrisa producen cambios en mi cuerpo. ¿Y al revés? ¿Las sensaciones y estados corporales que no han sido causados por una situación pueden evocar cambios en la psicología? Veamos. (Castellanos, 2022: 211-212).
Olvidarse del stress, de las carreras para llegar a tal o cual sitio, sino buscar un camino para dar la importancia que se merece a la «educación por medio de la conciencia del cuerpo y el movimiento» a través del método Schinca de Expresión Corporal puede ser un camino ideal para descubrir que uno es una verdadera caja de sorpresas.
El desarrollo de la persona de manera integral constituye una verdadera formación: no sólo entrenar la musculatura y el rendimiento. Cuando el cuerpo es enseñado para al ámbito del arte del movimiento, la profundización en uno mismo a través de la creatividad se hace especialmente gratificante.
Bibliografía:
Castellanos, Nazareth. (2022) . Neurociencia del cuerpo. Cómo el organismo esculpe el cerebro. Barcelona: Editorial Kairós.
Schinca, Marta. ( 2010). Expresión corporal. Técnica y expresión del movimiento. Madrid: Editorial Wolters Kluwer.
Escrito por:
Helena Ferrari
Si te ha interesado este artículo, no te pierdas toda la oferta formativa de la Escuela de Expresión Corporal Método Schinca.
