A nadie se le escapa que un ambiente laboral adecuado y amigable es lo deseable. Inclusive, existen estudios que han demostrado que tener a un buen amigo en el trabajo nos hace vincularnos y comprometernos más con nuestro puesto de trabajo. Pero ¿esto es así en todos los casos?
A menudo se pasa por alto con facilidad que un exceso de «buen rollo» en el ambiente laboral puede ser casi tan malo como que haya un entorno en el que la tensión se corte con cuchillo. El exceso de amiguismo y «buen rollo» conlleva consecuencias:
- hace que baje el nivel de exigencia,
- obstaculiza el lanzamiento de nuevos retos e ideas,
- puede llegar a bajar la afiliación y el compromiso de los empleados con la empresa.
La clave está en aceptar el conflicto como una posibilidad de crecimiento profesional.
Las relaciones públicas, en su vertiente de comunicación interna, es una disciplina que nos ofrece herramientas para abordar este y muchos otros asuntos. Ya en las aulas de nuestras facultades se estudian autores como Regouby, quien plantea que el rol movilizador es uno de los papeles o funciones de la comunicación interna y consiste en hacer que los trabajadores se sientan implicados con la empresa por la expresión de una visión de futuro y unos desafíos comunes.
Si tienes una empresa, es fundamental hacer que todos sientan que van en el mismo barco y que sean conscientes de que deben remar en la misma dirección. Al mismo tiempo, son muy fructíferos los eventos internos, las reuniones y las mesas de trabajo que permiten que surjan enfoques o planteamientos distintos respecto a un mismo tema.
El problema es que este tipo de tácticas son poco frecuentes por la falta de cultura empresarial en cuanto a la comunicación con el empleado, ya que no se trata de tácticas caras ni mucho menos. ¿Por qué no planteas en tu empresa organizar el día de los empleados? En definitiva, esto también te permitirá que se generen o se refuercen los lazos entre empleados y, sobre todo, que se fomente el orgullo de pertenencia a la empresa.
La comunicación y publicidad a través de los medios de comunicación es esencial para alcanzar nuestro público, pero todo empresario debería ser consciente de que hay que empezar construyendo una base bien sólida en la propia empresa. No es posible empezar la casa por el tejado, y si no existe cohesión interna, eso acabará afectando toda la estructura. Antes de situar el enemigo en las estrategias de marketing o las redes sociales, es aconsejable crear una buena cultura de marca y de empresa con los empleados.
