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Equilibrio entre el trabajo y la vida personal ante la «nueva realidad»

Sobrellevar con éxito la vida personal y el trabajo desde casa no es una preocupación nueva ni resultado de la crisis de la Covid-19. Pero sí, es un tema que se ha potenciado durante el primer confinamiento llevado a cabo en marzo pasado.

Las personas desean alternativas para desconectar de su trabajo en un tiempo prudencial y que, a la vez les permita interactuar con su entorno personal, pero la realidad es otra. Trabajar y convivir en el mismo espacio, no es una tarea fácil de llevar a cabo. Desarrollar hábitos para compaginarlos entre sí, requieren tiempo y entrenamiento constante de cuerpo y mente. De hecho, empiezan a revelarse estadísticas que muestran que las personas tienden a trabajar muchas más horas durante el día desde casa vs. las horas que dedicaban en sus oficinas o puestos de trabajo. Esto es un factor que favorece la productividad laboral, pero se convierte en un problema en el entorno personal y familiar, porque se reducen las horas de disfrute y convivencia.

La pandemia no sólo cambió nuestra forma de relacionarnos, sino que también hizo que el teletrabajo formara parte de nuestro día a día, aunque es una herramienta que ha llegado para quedarse, muchos empleados nunca habían tenido contacto con esta modalidad y descubrieron dificultades para marcar una línea entre el desarrollo profesional y la vida personal. Anteriormente, el teletrabajo era un beneficio instaurado por la empresa que podría llegar a darse entre 1 o 2 días a la semana con suerte. Ahora, es una obligación para todos dadas las circunstancias del entorno.

Aunque el encierro ha desequilibrado ese balance entre la vida personal y el trabajo, es muy importante que, si este es tu caso, tomes en cuenta estas 5 recomendaciones que te daremos a continuación, para que puedas reencontrar el equilibrio y dejar de sacrificar tu vida personal. Recuerda que todo está en tu mente y si tienes la intención, las ganas y eres lo suficientemente disciplinado, podrás lograr la desconexión laboral mucho más fácil de lo que te imaginas.

Crea un espacio de trabajo:

No busques excusas. Aunque vivas en un espacio reducido, encuentra un rincón de casa que te permita entrar en el modo de concentración, una habitación, el salón, un estudio, cualquier espacio es válido. Busca una mesa y una silla que favorezcan tu postura y el desarrollo de tu trabajo en remoto. De esta manera, tu mente asociará estas herramientas con un tiempo determinado de trabajo, se concentrará más fácil y hará que el desarrollo de tu día laboral fluya. Fuera de ese espacio tu mente debe disponerse a ejecutar otro tipo de interacciones más enfocadas en el disfrute personal.

Apégate a una rutina:

Imagina que, aunque no te encuentres en el espacio físico de la oficina, el trabajo lo puedes seguir desempeñando como si lo estuvieses. Es decir, puedes marcarte un horario en donde veas que puedes cumplir con los objetivos. El tiempo no tiene que ser estrictamente el mismo que tenías antes del confinamiento porque es entendible que ahora debas compaginarlo con tu familia, hijos, pareja, etc. Experimenta con lo que funciona para ti y tu hogar. Si tienes la oportunidad de cambiar las horas para que se adapte a tu nuevo estilo de vida, hazlo. Planifica en función de tu entorno personal y no te aísles por cumplir con un horario.

Planifica con anticipación:

Antes de iniciar con la rutina, organízate y haz de tu semana laboral un panorama claro que abordar. Es importante que establezcas prioridades y te prepares idealmente antes de iniciar la semana haciéndote preguntas como: ¿Cuáles son los temas importantes que debo abordar y resolver durante la semana?, ¿Cuál de estas actividades me tomará más tiempo? ¿Cuánto tiempo tomará desarrollar x tarea? ¿Cómo puedo compaginarla sin que afecte a mi familia, hijos, pareja…? ¿Puedo delegar alguna de estas actividades? ¿Alguien en casa puede cubrir mis labores personales, mientras desarrollo mis tareas profesionales?

Hacerte todas estas preguntas antes de iniciar tu jornada laboral, te ayudarán a detallar mucho más el panorama global y te preparará para enfrentarte de una manera organizada al día a día. Pero debes tener en cuenta que no siempre podrás prever los acontecimientos que sucederán, pues es entendible que durante la semana surjan imprevistos que te hagan cambiar de planes. Hacer este ejercicio semanalmente, te ayudará no solo a trabajar más eficientemente sino a gestionar mejor el tiempo con quien convives.

Reserva una clase virtual:

Si después de tu jornada dedicas tiempo a desarrollar alguna clase, un curso de formación o alguna actividad que requiera tu presencia (cocina, baile, ejercicio, webinars…), no importa cuál sea, tendrás un beneficio doble:

  1. Te obligará a poner fin a tu día laboral porque debes cumplir con otras responsabilidades que tienen un horario determinado, que se encuentran dentro de un calendario y necesitan de tu disposición y presencia para su desarrollo y éxito. Marcará un fin en tus labores.
  2. Ayudará a tu mente a entrar en un estado de relajación y disfrute, ambos necesarios especialmente en tiempos de confinamiento. Evitará que tu mente sienta culpabilidad por no seguir trabajando o por no terminar una tarea determinada. Es la excusa perfecta que tu mente necesita para desconectar.

Respeta tus fines de semana:

Haz de tus fines de semana sagrados e intocables. Trátalos de una manera diferente y establece un mantra de NO trabajo. Relájate y disfruta. 

Afortunadamente, la tecnología ha puesto a disposición de todos y de una forma muy accesible una cantidad de herramientas que te servirán para escapar de la rutina y el trabajo. Aunque no puedas salir de casa, es el momento perfecto para lograr esas interacciones interpersonales que se dificultan durante la semana. Comparte por redes sociales, mira películas o series, haz videollamadas con tu familia y amigos, escucha música, lee un libro, haz turismo virtual… Aprovecha también para tratar de manera diferente las comidas del día, haz que sean especiales o más elaboradas, por ejemplo. Comparte más con las personas que vives durante el fin de semana, organiza una cena, unas copas… Cualquier actividad que te permita conversar. Esto ayudará a tu mente a asociar los fines de semana con una rutina totalmente diferente a las del trabajo. El fin de semana es para disfrutar y, sobre todo, no le pongas horarios estrictos a nada.

Ahora que tienes un panorama más claro de cómo desconectar del trabajo y seguir disfrutando de tu vida personal, pon en práctica estas recomendaciones y empieza hacer de esta situación excepcional no solo un momento productivo y de crecimiento profesional, sino una etapa de relajación y disfrute con tus seres queridos.

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