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¿Qué quieres estudiar?

El niño presidente tiene un mensaje para ti

¿Qué le estamos enseñando a nuestros jóvenes? Ésta es solo una de las muchas preguntas que el niño presidente nos lanza en este inspirador mensaje. ¿Acaso sólo nos enseñan cosas aburridas en la escuela, o también a ser alguien excepcional? Pese al optimismo del protagonista del vídeo, parece que los sistemas educativos que marcan las pautas de la educación se suelen inclinar más por lo primero que por lo segundo (o quizás es que mi escuela fue bastante tostón).

Podríamos reflexionar sobre este aspecto por un segundo. Es muy sencillo conocer qué es lo que de verdad se valora en un colegio, instituto y, en gran medida, en la universidad. Solo hay que fijarse en qué se califica, qué es lo más importante para ellos, y la respuesta suele ser casi siempre la misma: la acumulación de conocimientos. Sí, a todos nos han repetido nuestros profesores una y mil veces que lo realmente importante no se limita a la nota del examen, que no nos esforcemos únicamente por estudiar el día de antes para luego “escupirlo” todo de golpe y volver a olvidarlo. Sin embargo, también recuerdo cómo, durante la primera clase de cada asignatura, cuando el profesor dictaba aquello de los “criterios de evaluación”, la mayor parte siempre le correspondía al examen, mientras que las migajas se las repartían el resto de criterios, como la asistencia, los deberes o el comportamiento en clase.

¿Acaso han renunciado las escuelas a promover la inspiración y la creatividad? ¿Se han olvidado los decentes de estos valores para dedicarse casi en exclusiva en adaptar los temarios y contenidos a las exigencias de un sistema educativo en cambio constante? Hace ya algún tiempo que un alumno repetidor afirmó: “Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada”. Se llamaba Albert Einstein.

El informe PISA y el modelo finlandés

Los resultados de este temido informe que mide “las competencias” de los chicos de 15 años para resolver problemas reales se presentan cada tres años y, con la misma rapidez que surge el debate de cómo abordar la educación en los países desarrollados,  la polémica se vuelve a esfumar.

No obstante, parece que sí ha habido países dispuestos a hacer caso a estos informes y algunos de los consejos del chaval del vídeo. Entre los Estados que suelen acabar entre las primeras cinco posiciones, que suelen ser asiáticos, hay un invitado al que le encanta colarse: Finlandia. Este país del norte de Europa que no llega a los seis millones de habitantes  reformó su sistema educativo en los años 70 y, a día de hoy, es de los más reconocidos del mundo.

Al contrario de lo que uno podría pensar en un primer momento, su cambio de modelo no consistió en un aumento de las horas lectivas o de exámenes, sino todo lo contrario: mientras que en nuestro país los alumnos de primaria prácticamente alcanzan las 900 horas, en Finlandia tienen que pasar poco más de 600 horas en clase. Además, la gran mayoría de los niños no empiezan a acudir a un centro hasta la primaria obligatoria, que comienza a los 7 años. Allí conservarán  el mismo maestro durante los primeros cursos, de modo que será una persona mucho más cercana y conocida la que se encargue de educarlos, y no de ponerles notas, ya que hasta 5º no recibirán calificaciones numéricas.

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