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¿Qué es la fotografía de producto?

Para aquellos que no lo sepan, la fotografía de producto engloba todas aquellas imágenes a través de las cuales se pretende dar publicidad para su posterior venta o simplemente presentar un producto. Por ejemplo, podemos encontrar fotografías de platos combinados en restaurantes, ropa, calzado, joyas, automóviles y mucho más.

Por lo tanto, la calidad de estas imágenes, deben tener un grado de aceptación alto, así que convertir el producto en apetitoso a los ojos de los futuros compradores, es tan importante como la ejecución de dichas fotografías para conseguirlo.

Fondo Neutro

Sin lugar a dudas, el fondo en estos tipos de fotografías al igual que en muchas otras, es un elemento fundamental que debemos tener en cuenta si deseamos un resultado óptimo.

Los fondos que mejor funcionan en el mundo de la fotografía de producto son los neutros, es decir, blancos y negros.

Si además en tu caso, pretendes posteriormente integrarla en una página web o catálogo online, el fondo blanco funciona especialmente bien, ya que te proporcionará una fácil integración.

En el mercado podemos encontrar unos kits de soportes con fondos de estudio y cajas de luz específicas para fotografiar productos que aportan un resultado muy profesional, además de ser un verdadero placer el trabajar con ellas.

Si prefieres dejar esta inversión para más adelante, puede elegir la opción más económica.

Consiste en utilizar una sábana, cartulina, paredes o un reflector si dispones de alguno, cualquier cosa que consideres que pueda aportar una buena superficie la cual aporte luminosidad y fondo o alguna de estas dos.

Utilizar el Histograma de tu cámara a la hora de realizar una fotografía profesional es altamente recomendable para ajustar la luminosidad del fondo a nuestro antojo.

Iluminación

Como ya sabréis, la iluminación natural siempre es lo mejor, pero en ocasiones, la luz del sol es muy directa o como se suele decir, es luz muy dura, que no nos interesa en absoluto para este tipo de imágenes.

Para estos casos podemos utilizar algunos difusores, cortinas o cualquier elemento que apañemos para suavizar un poco la luz natural.

Otra opción si no disponemos de un lugar de trabajo bien iluminado es sin duda utilizar lámparas, flashes, antorchas, paraguas y otros accesorios específicos.

Existen kits de estudio donde podrás encontrar todo lo necesario para iluminar correctamente tu producto y con los que conseguirás añadir un resultado muy atractivo.

En la mayoría de ocasiones necesitaremos algún reflector para rellenar algunas sombras demasiado duras o que no aportan nada a nuestras imágenes.

En este caso, y si no dispones de los accesorios necesarios, puedes probar con el parasol de tu coche o alguna otra superficie reflectante que tengas a mano.

Esta solución es por supuesto provisional, recomiendo en cuanto os sea posible, que os hagáis con un equipo de trabajo decente con el que poder trabajar y poder ofrecer a tus futuros clientes un resultado excelente.

Trípodes y guías

Una vez que tenemos el producto, contamos con el fondo y la iluminación adecuada, ahora debemos de contar con un trípode.

Esto nos permitirá mantener el encuadre, la composición y además nos proporciona esa estabilidad que tanto deseamos y que nos aporta no solo nitidez, si no también valores de tiempos de exposición más dilatados en caso de que fuera necesario.

Existen guías con las que puedes colocarlas de forma estratégica y poder sacar muchas imágenes en muy poco tiempo, con una estabilidad asombrosa y la oportunidad de trabajar con el producto de diferentes puntos de vista.

También podemos encontrar en el mercado unas cajas con una pequeña estructura dentro que sirve para colocar el producto sobre una pequeña superficie situada en el centro, que cuando lo activas, gira el producto 360º.

Con lo que trabajar se convierte en un verdadero placer y además de fotografiar el producto de forma asombrosa, podemos grabar vídeos muy atractivos y originales sobre los productos.

Si cuentas con un disparador remoto o configuras tu cámara para que se dispare tras el temporizador mucho mejor, pues evitamos del todo cualquier vibración involuntaria e indeseada.

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Producto presentable

Aunque sé por descontado que estaréis deseando de colocar vuestro producto en el pequeño escenario que ya hemos preparado previamente y comenzar a disparar, no debemos pasar por alto algunos pequeños detalles.

Limpia y revisa minuciosamente siempre tu equipo de trabajo antes y después de utilizarlo, desde el producto, hasta el objetivo de tu cámara.

Es preferible cuando comencemos a trabajar, tener la tranquilidad de saber que todo está en buen estado, preparado y reluciente.

Además, como ya imaginas, tendrás que realizar varias pruebas para comprobar que todo está correcto (iluminación, ubicación, valores, limpieza…)

Pero si consigues llevar todos estos consejos a cabo, descubrirás que trabajar de este modo, es un verdadero placer.

Configuración de tu cámara

En lo que a la configuración de la cámara se refiere, tengo que decir que mi recomendación es elegir siempre el modo manual, pues solo así llegaremos a dominar perfectamente el resultado de nuestras imágenes y no le dejaremos opción a la cámara para que saque sus propias conclusiones.

Los tres parámetros que debemos tener en cuenta son: la apertura, el tiempo de exposición y la sensibilidad ISO.

Si estás comenzando puede que te parezca un pequeño caos el funcionamiento de tu cámara, pero no pierdas la paciencia y practica regularmente.

Solo así conseguirás la suficiente soltura como para conseguir resultados asombrosos.

Busca las perspectivas

No podemos olvidarnos que la prioridad absoluta en este tipo de fotografías es vender el producto.

Por eso es tan importante ofrecer una imagen diferente, atractiva y, sobre todo, deseada.

Así que prueba diferentes ángulos y perspectivas, todas las que sean necesarias hasta que consigas el resultado que deseas. Recuerda que aprender fotografía depende, en gran medida, de la práctica y de la experiencia

Otro punto a favor de capturar imágenes de producto, es que podemos jugar todo cuanto queramos con el encuadre de nuestra cámara.

Aprovecha la oportunidad, para añadir, quitar o modificar a tu antojo el pequeño escenario donde vamos a trabajar. Introduce objetos, figuras geométricas, distintas fuentes de luz o lo que ronde tu imaginación, y ya sabes, si no te gusta el resultado, con volver a ponerlo como estaba o descartar lo que no te convence, es más que suficiente.

No olvides que además de las configuraciones de disparo dispones de un ‘plan b’ para mejorar la foto con algún programa de edición. En este sentido Photoshop es el más utilizado, y puede ayudarte, sobre todo a mejorar el enfoque, buscando más nitidez en algunas zonas; y modificar los niveles de luminosidad para buscar homogeneidad entre todas las fotos de una misma colección o campaña.

Ahora que ya sabes más sobre el tema, no dudes en buscar cursos de fotografía con Emagister y Grupo Femxa.

Fuente: Grupo Femxa

2 comentarios en «¿Qué es la fotografía de producto?»

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