Uno de los hándicaps a los que se enfrenta un Diseñador de Interiores cuando se aborda un Proyecto de Hostelería es el de intentar crear elementos innovadores y distintos que puedan hacer de nuestro local diferente a los de la competencia actual.
En muchas ocasiones la respuesta que se adopta como hilo conductor en los Proyectos de Interiorismo de Hostelería es el desarrollo de una narrativa estilística u ornamental que ambiente el espacio, y se cree una experiencia inmersiva a todos los niveles para nuestros clientes. De esta manera el conjunto de materiales: la iluminación, el mobiliario y menaje, las piezas decorativas, etc; han de trabajar de manera homogénea para lograr que el conjunto tenga una personalidad y todo ello siga esta línea marcada desde el primer momento.
Ya sea utilizando este recurso o, por ejemplo, buscando el uso de las nuevas tecnologías aplicadas a este tipo de negocios, lo más habitual será que el Interiorista deba adoptar soluciones fuera de lo habitual para conseguir completar el proyecto. Es evidente que hoy en día la amplitud de las posibilidades que nos ofrecen los fabricantes de mobiliario, menaje, iluminación y demás son casi infinitas, y con una profunda búsqueda comprobamos que podremos encontrar casi lo que necesitemos, pero también se puede optar por la creación de nuestros propios elementos si el presupuesto y los plazos nos lo permiten ya sea desde piezas de mobiliario que han de ejecutarse “a medida” porque sus dimensiones no están estandarizadas, o porque requieren de un material o características específicas fuera de las habituales.
Por ejemplo, se pueden crear todo tipo de elementos de iluminación o división de espacios que sigan la lógica proyectual de nuestra estancia y que además se adapten a nuestras dimensiones o requerimientos específicos. Así mismo los armarios del menaje, las barras de bar o las estanterías de almacenamiento de cara al público, normalmente han de integrarse en el espacio y es muy difícil que nos puedan cuadrar perfectamente si vienen estandarizados con unas dimensiones fijas.
Otras opciones de innovación las podemos ver a través de la creación de elementos de equipamiento o menaje que adquieren una estética distinta a la habitual y que han de ser adaptados para que cumplan su función en nuestra ambientación; o incluso si nos vamos un poco más allá, ¿quién no ha planteado alguna vez la integración de recursos tecnológicos en barras o mesas, como pantallas táctiles, y que permitan realizar las comandas de manera autónoma?
Las posibilidades son infinitas y el diseñador de interiores ha de tener siempre la mente abierta a la creación de elementos propios o para personalizar los que nos ofrecen en un catálogo, de manera que estos enriquezcan sus propios diseños.
