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La importancia de ser un buen comunicador

“Para comunicarse de manera efectiva, debemos darnos cuenta que todos somos diferentes en la forma en que percibimos el mundo y usar este conocimiento como guía para nuestra comunicación con los demás”. Anthony Robbins.

Comunicar bien, la mejor manera para destacarse

Ser un buen comunicador es más importante de lo que pensamos; y no solamente es útil para el entorno laboral, sino para cualquier contexto o ambiente de nuestra vida; desde el profesional al personal. Además comunicar bien es mucho más que tener una buena cualidad: es la base para establecer conexiones importantes que suelen comportar la base de cualquier negocio. Por otro lado, tener habilidad para comunicarte te ayudará a inspirar a los demás más respeto, conseguir que la gente se fie de ti, ser asertivo, tomar decisiones con rapidez y resolver los problemas con mayor eficacia. Otras habilidades que pueden ser claves para desarrollar bien esta, son:

Manejo de emociones:Resulta básico tener inteligencia emocional, pudiendo manejar las emociones en vez de dejar que nos dominen a uno. Es importante controlar nuestros nervios o por ejemplo no irritarse a la mínima.

  • Capacidad de concentrarse en lo que se habla:Es importarse olvidarse de ser multitasking y poder concentrar toda la atención en el momento en el que se realiza la charla y sobre todo a quien la realiza.
  • Evitar hacer juicios: Para poder entender a alguien, no se debe de tener juicios, sino tener la mente abierta y evitar juzgar a las personas, sobre todo si no existen los elementos necesarios para formar una opinión concreta.
  • Enfocarse en las preferencias de la audiencia: no todos los discursos son iguales, se enfocan según quién lo oiga. Las audiencias tienen distintas exigencias, y alguien que comunique bien debe de entender cuál es su audiencia y cuáles son las necesidades de esta. Las ideas principales pueden ser las mismas, pero las preguntas o los ejemplos propuestos variarán dependiendo del tipo de grupo al que le estás dando la charla.
  • Tener una estructura: Al principio el orador se enfoca en plantear el problema; cuando se llega a la mitad de su presentación se extiende más, y finaliza de manera que sea reseñable, provocando el impactar en los oyentes.
  • Interactuar con la audiencia: Esto viene muy bien para hacer que las personas que asistan al evento estén atentas al concepto que se está intentando transmitir. Lo importante es que sea escueto y directo a lo que es, ya que las intervenciones demasiado extensas pueden aburrir. En contraposición a esto, la intervenciones que son más escuetas hacen que la audiencia esté atentaal no saber si se les va a aludir a ellos de un momento a otro.
  • Lenguaje que pueda conectar con el público: Crear un lenguaje propio es un error que va a impedir que nuestros interlocutores nos entiendan, ya que el lenguaje que utilizamos habla de nosotros. El lenguaje no sólo se refiere al vocabulario, se refiere también a los ejemplos.
  • Utilizar también lenguaje no verbal: El lenguaje corporal (vestuario, gestos, movimientos, nuestra presencia…) es tan importante como lo que estemos contando a través de las palabras. Para dar confianza a tu audiencia, es necesario empezar por saludar a las personas con seguridad mirándolas a los ojos, enseña tus manos y no las ocultes en bolsillos o cruces tus brazos revelando una postura defensiva, vístete con colores neutros y realiza cambios en el volumen de tu voz adecuados para cada situación

El mensaje que vale es el que capta la gente.

Por eso mismo, podríamos resumir en cuatro las cualidades básicas que un buen orador debe de tener:

1.- Naturalidad: No hay que fingir ser quién no se es, ni intentar imitar a nadie. Hay que ser uno mismo, y aunque parezca algo totalmente básico y de sentido común, es lo más difícil de lograr cuando se está frente a los demás. Ser nosotros mismos sin ocultar los propios defectos, es uno de los pilares para dar confianza al público. La naturalidad es conocida por los expertos en comunicación como “Regla de Oro”.

2.- Autoridad: La autoridad al hablar viene por el conocimiento del tema o por la experiencia. Quien habla sabe de lo que está hablando, porque tiene experiencia en ello, o porque se ha preparado el tema. Si no se sabe de lo que habla, la autoridad ante los demás se va a debilitar considerablemente. La inseguridad al hablar en público es recurrente en quién habla sin autoridad. Siempre va a hablar con más autoridad aquellas personas que con humildad reconocerán lo que no saben, que quien hace como que sabe, pero en realidad hay cosas que desconoce o que se le escapan de su entendimiento

3.- Pasión: Esto es desear mucho comunicar lo que quiero decir. Surge porque el tema del que se habla siempre debe de despertar el interés en el auditorio, y esta pasión surge del involucramiento personal con el tema (puede ser intelectual o emocional), dependiendo la temática y las circunstancias. Resulta muy importante no confundir brevedad con rapidez. Rapidez consiste simplemente en terminar apresuradamente, sin embargo, es mejor elegir la brevedad, porque, aunque se omitan algunas cosas, si se dicen las más importantes, usando pausas y silencios, entre otras técnicas.

En el máster de N+E sobre habilidades y competencias directivas te daremos las claves de cómo comunicar de forma correcta lo que se desea.

 

Fuente: Blog NEGOCIOS Y ESTRATEGIA

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