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La importancia de la relajación en los niños

Vivimos en una sociedad que va muy rápido y llevamos a los niños a un ritmo trepidante que no les permite parar. Los acostumbramos a pasar de una actividad a otra sin pausas y con prisas. Los niños necesitan jugar y moverse, pero también necesitan momentos para calmarse y relajarse, descansar. Para ello existe juegos de relajación, lo cuales fomentan la tranquilidad, disminuyen el estrés y la ansiedad. La capacidad para alcanzar la relajación es sin duda algo positivo a cualquier edad, tanto para nosotros como adultos pero también para los más pequeños de la casa. Esto les ayuda a reducir la tensión muscular, disminuir la frecuencia cerebral así como la presión sanguínea.

Dicen los expertos que la práctica diaria de la relajación tiene muchos beneficios en nuestro organismo:
• En los niños la relajación sirve para distender el organismo y disminuir el estrés muscular y mental.
• Ayuda a aumentar la confianza en uno mismo, la memoria y la concentración, lo cual permite mejorar la calidad del aprendizaje.
• Tras una actividad intelectual o física más o menos intensa, la relajación permite al niño alcanzar un estado de bienestar, tranquilidad y de concentración armoniosa para emprender su próxima actividad.
• Canaliza las energías de los niños, ajusta el nivel de activación y produce un bienestar global.
• Diversos estudios demuestran que también ayuda a vencer la timidez. En personas muy nerviosas contribuye, incluso, en la intervención de tics y de otros síntomas relacionados con la ansiedad.
• También ayuda a enriquecer la sensibilidad y mejorar la calidad de sueño.
• Mejora la circulación sanguínea, disminuye la angustia, los ataques de pánico y ayuda a eliminar el tartamudeo.

Algunas ideas para trabajar la relajación con los pequeños son:
–  Método de relajación progresiva de Jacobson. Este es uno de los métodos más utilizados en todo el mundo. Se basa en la relajación a partir de la contracción de los músculos con el fin de relajarlos después. Los niños se tumban en el suelo en un lugar adecuado para ello y les iremos indicando que tensen y relajen distintas partes del cuerpo. Se puede comenzar con partes individuales, con grupos amplios: manos, brazos, hombros, cuello, mandíbula, nariz. Poco a poco, se pueden ir agrupando los diferentes grupos musculares. Les indicaremos que aprieten para notar la tensión y tras unos segundos, que suelten para notar la distensión.

Actividad del globo. Debemos invitar a los niños a que se conviertan en globos. Para ello, deben tanto hincharse como deshincharse, porque eso es lo que hacen los globos.

Técnicas de respiración. Algunas de las técnicas de relajación para niños y adultos más sencillas y habituales se basan únicamente en la respiración. Resulta de utilidad hacer que se sienten en una posición cómoda y que, en silencio o con música suave, inspiren profundamente por la nariz y exhalen poco a poco por la boca. El niño o niña puede poner una mano en su pecho y otra en el estómago, para observar cual de los dos se mueve. En los más pequeños puede ser útil utilizar analogías, como imaginar que es un acordeón o un globo.

Imaginación guiada. Esta técnica es de gran utilidad para rebajar la tensión y ansiedad, especialmente en niños con elevado nivel de imaginación. Se trata de crear en la imaginación del menor un entorno seguro y relajante donde el motivo de la ansiedad no pueda afectarles. Por ejemplo, una casa de madera en la montaña, una selva llena de animales o una playa. Este proceso de imaginación va a ser guiado por el terapeuta, profesor o progenitor de manera que se procure un entorno con elementos que al niño le sean agradables y tranquilizadores. Se puede reforzar la relajación con música suave y un tono de voz calmado y profundo.

  Mandalas: Pintar mandalas es una técnica de relajación oriental. No necesitamos saber ningún estilo concreto, pues el que la colorea lo hace según sus gustos e imaginación. Se pueden realizar a cualquier edad, fomentando la creatividad y la estética.

 

 

Fuente: Blog SERCA

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