Poco a poco se flexibilizan algunas de las medidas tomadas a partir de la aparición del COVID-19. Actualmente, en muchos sitios los más pequeños ya pueden salir a disfrutar de algunos momentos de ocio y esparcimiento. Aunque aún hay controles y esto, a su vez, representa un nuevo reto para los padres. Entonces se trata de encontrar actividades que sean funcionales, seguras y que hagan de esos espacios de goce algo realmente divertido para sobrellevar esta etapa.
A continuación, se comparten una serie de actividades que facilitarán compartir esos momentos. En caso de desear alguna formación específica dentro de este campo, se recomienda estudiar para convertirse en Experto/a en Crianza y Desarrollo Emocional Infantil para sumar todas las herramientas necesarias y ayudar tanto a padres como a niños a desarrollar su relación familiar y encontrar momentos divertidos a través de juegos y dinámicas.
7 actividades para niños durante el desconfinamiento
Luego de meses en casa puede resultar un poco extraño hallar actividades recreativas fuera de ella; sobre todo si se tiene en cuenta que aún hay algunas medidas que deben respetarse. Eso hace que no sea sencillo dar con juegos y actividades ideales para los chicos y, por tanto, es posible que ellos se aburran y se sientan incómodos. Para evitar eso, y aprovechar la oportunidad de enseñar valores y fortalecer la relación familiar, se recomiendan las siguientes actividades.
Los juguetes también salen
En esta oportunidad, el desconfinamiento incluye a los juguetes. Si normalmente se pide al niño o niña que los deje, en este caso es conveniente que se los lleve para que pueda jugar con ellos y, en concreto, asumir un rol de responsabilidad.
Para fomentar esa dinámica se le debe explicar que no puede dejar que ese juguete se acerque a otros en la calle y que debe guardar una serie de medidas de seguridad como parte del actual contexto. Así, de una manera lúdica, se le enseña cómo comportarse en las actuales circunstancias de cuidado mutuo.
Los deportes siempre son una buena opción
Se pueden practicar respetando las normas indicadas para evitar inconvenientes. En caso de que la comunidad aún se encuentre en fase 0, se puede jugar con el niño con una pelota o al pañuelo. Son actividades que no requieren demasiado espacio y que son divertidas. Otra de las opciones que se pueden tomar son los patines, skate o bicicleta. A través de la enseñanza también se halla diversión y entretenimiento.
Para hacerlo aún más interesante, se pueden recrear torneos, competencias que le den otro enfoque a ese momento de diversión.
El regreso del “veo, veo”
El clásico juego se puede aplicar a través del recorrido escogido para caminar. Se recomienda pensar previamente el trayecto para enlazarlo con el “veo, veo”, practicar la observación, enseñar edificios específicos y aprovechar ese momento de esparcimiento para educar al niño o niña y construir un vínculo familiar mucho más sólido.
Reversionar los juegos clásicos
Si bien interactuar con otros puede ser complicado, entre familiares es mucho más sencillo. Practicar juegos con series de palabras y dándole una vuelta distinta es una forma de interactuar, de salir de temas de conversación comunes y relacionarse con el entorno como, quizá, antes no se hizo. También se puede hacer con la música, citando o escuchando frases y melodías que deriven en la pregunta: “a que no sabes cómo se llama” y empezar otro tipo de charla.
Educar el mirada de forma divertida: “Ojo avizor”
Otro de esos juegos clásicos que se puede retomar. Consiste en fijar un objetivo y, el primero que lo vea y lo mencione, gana o suma puntos. El juego se puede realizar buscando colores, objetos específicos como autos, puertas, casas, entre otras cosas que fomenten la atención y la imaginación.
El valor de las historias
Esas caminatas o tiempo compartido con el niño o niña son oportunidades para estrechar lazos y fomentar la complicidad con ellos. ¿Cómo puede lograrse? A través de los cuentos y las historias. Estas pueden ser ficticias, los clásicos cuentos con los que se crece; pero también pueden ser historias personales, anécdotas, momentos vividos en las zonas por las que se camina, relatos familiares, entre otros.
Se trata, a través de la proximidad y el factor lúdico y formativo que pueden tener muchas historias, de compartir parte del relato personal y familiar para fomentar vínculos más sólidos. A su vez se puede incentivar al niño a que cuente sus propias historias y vivencias.
Darle un enfoque distinto a lo cotidiano
Probablemente, una de las conductas más comunes y, a su vez difíciles de modificar, sea la del saludo; en especial en el caso de los niños. Una manera de dar otro sentido a esto es plantearlo como un juego que debe hacerse a distancia, generando una especie de coreografía con los amigos o encontrando otro método siempre y cuando se guarde separación para cuidarse unos a otros. Como en los juegos previos, en este también es importante respetar todas las normas establecidas previamente.
¿Y si no quiere salir?
El caso de que el niño o niña no quiera salir es bastante probable, bien sea por temor, reserva, nervios o, simplemente, desmotivación. Ante esta situación se recomienda asumirlo con calma. Es normal que pueda pasar. Entonces, se trata de buscar en casa aquellas herramientas u ocasiones a través de las cuales disfrutar de momentos de entretenimiento.
Previo a cualquier juego, se sugiere mantener constante comunicación con el niño o niña para que esté al tanto de la situación, acercarse a sus emociones y fomentar la empatía entre las partes. Si persiste el temor a salir, es necesario explicarle cuáles son las diversas medidas a tomar para cuidar el uno del otro, detallando lo suficiente para generar confianza y seguridad.
En caso de que insista en no querer salir, hay que aceptarlo y explorar aún más sus emociones para conocerlas y buscar una manera de tratarlas. Una forma de hacerlo es humanizando a los juguetes y planteando el caso de que “a la pelota le gustaría salir a jugar”. Así se le muestra que retomar algo de la rutina previa a la aparición del COVID-19 es importante.
Finalmente, si se decide no salir, los juegos de mesa, poder compartir relatos o ver una película son actividades que se pueden hacer para acompañar a los más pequeños durante la etapa.
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