La palabra «emprendimiento» ha sido, desde que empezó la crisis, prácticamente habitual en conversaciones, medios de comunicación y listas de objetivos personales. Aunque ha supuesto una opción acertada para muchos, también una gran cantidad de personas que se atrevieron a dar el paso se encontraron con numerosos obstáculos. Atreverse a dejar de ser un trabajador asalariado o a buscar ese tipo de empleos y ponerse al mando de un proyecto propio aporta muchas satisfacciones, pero también muchos quebraderos de cabeza. Sigue leyendo para conocer algunos de los problemas habituales del emprendedor.
1-La burocracia: tanto si la persona va a ser un trabajador freelance (en campos como el diseño gráfico, por ejemplo) como si va a montar un negocio físico, tendrá que hacer frente a un montón de papeleo. Altas en Hacienda, la Seguridad Social, licencias, permisos y requisitos inesperados probablemente ralentizarán todo el proceso. Si el emprendedor no tiene demasiada idea, lo mejor es que contrate a un gestor experto en administración y finanzas. Además de ayudar a agilizar el papeleo, impedirá que el nuevo empresario cometa fallos a la hora de rellenar impresos y demás requisitos, algo que con el tiempo puede llegar a darle problemas. Nadie quiere tener problemas con Hacienda.
2-Planificación del presupuesto: a la hora de iniciar una actividad laboral por cuenta propia se cuenta con un presupuesto inicial. Pero en un porcentaje bastante alto de los casos, el reparto del dinero no está bien planificado, por lo que el dinero se acaba mucho antes de lo esperado. Por ejemplo, si se alquila un local y las obras de adecuación se retrasan, el momento de obtener ingresos también lo hará y el presupuesto inicial se puede gastar íntegro en el pago del alquiler.
3-Los impagos: si, por ejemplo, un traductor realiza un trabajo para una empresa y esta se retrasa en el pago, el trabajador tendrá que pagar igualmente su cuota de autónomos y los impuestos correspondientes. Suele ser un factor con el que no se cuenta en un principio, pero es más común de lo que parece y que hay que tener previsto. El miedo a reclamar el dinero que le deben es un rasgo distintivo del trabajador por cuenta propia en sus inicios. Cuando lo supera, ya no habrá excusa que le valga a la hora de reclamar sus honorarios.
4-El modelo de negocio: en el caso de los creadores de startups, puede existir el riesgo de no dar con el plan de negocio adecuado. Si no se ha validado el modelo de negocio (público objetivo, precio, servicios, desarrollo a medio plazo, etc.) es posible que la empresa empiece a fallar desde el principio. Contar con el apoyo de una persona con conocimientos de gestión de la innovación empresarial puede ser clave.
5-Superar el miedo a emprender: este puede ser el primer y principal obstáculo de todos, el que impida a la persona llevar a buen puerto su iniciativa. Todos los problemas enumerados anteriormente son solucionables (de manera más o menos fácil) si llegan a darse. Pero el miedo a poner el proyecto en marcha es el primero que hay que superar. Si no, jamás se llegará al objetivo marcado.
