Aunque es una disciplina practicada desde hace años, no es muy común que el Pilates sea asociado con su creador, Joseph Hubertus Pilates. Fue él quien dio sentido a un método de entrenamiento físico y mental que se ha mantenido en el tiempo; tanto, que desde hace años varias figuras del arte y el espectáculo adoptaron sus principios para mejorar su calidad de vida. Eso le ha dado un particular realce a sus métodos. En caso de que, más allá de practicarlo, se desee profundizar en ello, se recomienda descubrir esta oferta formativa en deporte y bienestar, además de leer el siguiente artículo.
¿Qué es el Pilates?
El Pilates es un método de entrenamiento orientado a estirar, fortalecer y equilibrar el cuerpo. A partir de estos tres principios se desarrollan diversos objetivos, con un entrenamiento físico y mental dirigido a abordar el cuerpo y el ser de forma integral para generar mayores beneficios.
Sin embargo, aunque en la actualidad se conozca como Pilates, su fundador lo denominó en un principio “Contrología”. Lo hizo apoyado en una serie de estudios vinculados con el cuerpo, el yoga, la gimnasia y otras áreas que integró en una sola disciplina, con el objetivo de fortalecer diversas zonas del cuerpo y prevenir enfermedades y lesiones.
De esa manera se ideó el Pilates, una práctica sistemática de ejercicios en los que se integran diversas áreas del cuerpo, la respiración, la relajación y el control mental para mejorar la calidad de vida.
¿Cuáles son los objetivos del Pilates?
El principal objetivo del Pilates es ejercitar todos los grupos musculares del cuerpo. Es muy común que, debido a esto, las personas piensen que es una práctica intensa y exigente; lo segundo, sí. Pero no, su propuesta se debe realizar de forma lenta, precisa, como se midiera cada movimiento a detalle. Es por esto que exige tanta concentración y compromiso.
Por lo anterior se insiste en un aspecto: el Pilates funciona para generar mejoras tanto físicas como mentales. Contrario a lo que se piensa, si bien esta disciplina se apoya en el yoga, no son lo mismo. Sus principios están orientados a la concentración, el control, la centralización, la precisión, la respiración, el alineamiento y la fluidez.
¿Cuáles son los beneficios que ofrece Pilates?
Al ser una práctica deportiva de bajo impacto, algo clave al momento de prevenir lesiones o si se está saliendo de ellas, el Pilates ofrece las siguientes ventajas:
Fortalecimiento de la musculatura
Sin mancuernas ni pesas, a través de esta disciplina se puede desarrolla la musculatura del cuerpo, a partir del fortalecimiento de las capas internas y del centro del cuerpo. ¿Por qué son importantes? Porque estos son los principales músculos que aportan equilibrio y protección a la columna vertebral.
Menos molestias en la espalda
Es posible que, debido a estas dolencias, mucha gente suela recomendar el Pilates para atenderlas. Y tiene razón. Como se sugirió en el punto anterior, como esta disciplina está dirigida a fortalecer los músculos de la espalda, por lo general contribuye a aliviar dolores que se presenten en ella. Además de esto, contribuye a mejorar la postura corporal, mejorando el tono del abdomen, el pecho y los hombros.
Más movilidad
Es otra de sus principal virtudes, en especial cuando las personas no cuentan con demasiada movilidad. De manera progresiva, el Pilates contribuye a incrementarla a la vez que fortalece diversas zonas del cuerpo sin poner en riesgo las articulares.
Flexibilidad
Así como la movilidad, el Pilates también contribuye a que la persona pueda alcanzar mayor flexibilidad. Dando a los músculos un tono adecuado sin llegar a ponerlos rígidos (algo que aumenta el riesgo de lesiones).
Sirve como complemento
Es muy común que haya futbolistas, corredores y otro tipo de atletas que se apoyan en el Pilates para el cuidado de su cuerpo, además de sus rutinas de ejercicios según la disciplina que practiquen. Esto es posible, entre muchas otras razones, porque el Pilates es un ejercicio de bajo impacto. Entonces, fomenta el fortalecimiento y el relajamiento muscular.
Rehabilitación de lesiones
Vinculado con su característica de bajo impacto, al requerir movimientos de muy leve intensidad, el Pilates contribuye a la recuperación de lesiones. Muchas de ellas se producen por problemas en las articulaciones o músculos. Como el objetivo del Pilates es fortalecerlos sin requerir de otros implementos, sino el propio cuerpo, las posibilidad de riesgo son muy limitadas, siempre y cuando la práctica esté llevada por un profesional que corrija posturas y sepa qué tipo de lesión tuvo la persona. Médicos y profesionales de la medicina lo recomiendan.
Mejora la respiración
Aunque parezca una obviedad, no todas las personas saben respirar de manera correcta o de acuerdo a las necesidades del momento. En el caso del Pilates, tanto la respiración como la relajación tienen un peso especial en la práctica. Así es posible alcanzar mayor distención física y emocional y aumentar la capacidad respiratoria.
¿Cómo practicar Pilates?
Primero que nada, lo más recomendable es hacerlo con la guía de un especialista. Eso contribuirá a llevar una práctica saludable, sin riesgo de lesiones y adaptadas a las necesidades de la persona. A partir de este punto, es importante conocer que aunque hay distintos métodos, principalmente se practican dos: el Pilates con máquinas y el Pilates en el suelo con algunos accesorios.
Si se va a practicar con aparatos, se suele utilizar lo siguiente:
- La silla. No es cualquiera, sino una ideada por el creador del método Pilates. A diferencia de las sillas tradicionales, esta tiene unos pedales que se puede graduar para ofrecer mayor o menor resistencia. Se usa para trabajar el tren inferior.
- El barril. Se utiliza para estirar y fortalecer la zona de la columna vertebral.
- El reformador. Parece una cama, pero en esta herramientas puedes deslizarse sobre rieles que suelen ser de madera o acero. Su uso dentro de la disciplina es diverso y constante.
- El trapecio. Permite que los practicantes se puedan colgar con poleas y cuerdas, para trabajar diversos grupos musculares.
La práctica en suelo, por lo general, requiere de una colchoneta o esterilla. Se pueden sumar otros recursos como las mancuernas, la banda elástica, el aro, la pelota suiza, entre otros, siempre y cuando se cuente con la asesoría de un especialista.
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