Las niñas hacen menos deporte que los niños y cuando llegan a la adolescencia la mayoría lo abandonan totalmente. Esta es la conclusión del informe que ha elaborado el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona sobre deporte y salud. Según el mismo estudio, dejar de hacer ejercicio tiene consecuencias a nivel físico, pero también a nivel mental. Los números hablan por si solos. Durante la Primaria, el 63% de las niñas practica algún deporte. En cambio, al empezar la Secundaria, la cifra se reduce hasta el 35%. Pero, ¿por qué se produce este descenso tan acentuado?
Pues porque, lamentablemente, todavía hay tabúes y estereotipos por erradicar. Los roles de género que imperan en nuestra sociedad actúan como un freno ante cualquier plan de futuro. En este sentido, los autores del informe insisten que hay que dejar atrás los prejuicios y explicar a las chicas desde el primer día todos los beneficios que el deporte tiene para su salud. «De los 12 a los 18 años, en el caso de las niñas, se consigue la mayor masa mineral ósea. Es cuando hacemos que nuestros huesos sean más fuertes. Si dejamos de hacer actividad física durante esta época, cuando lleguemos a edades más avanzadas nuestros huesos serán débiles.», apunta la doctora Eva Ferrer, especialista en Medicina del deporte.
¿Qué medidas se pueden tomar para que las niñas no dejen el deporte?
Así pues, ¿cómo se puede revertir la situación? Por suerte, el estudio propone algunas ideas para trabajar conjuntamente entre los profesionales de la sanidad y los maestros y profesores:
- Cambiar los espacios del recreo. No solo las pistas de juego tendrían que servir para practicar deporte durante la hora del patio. Una de las propuestas del estudio consiste en ampliar los espacios disponibles para que las niñas el elijan el que les resulte más cómodo. La doctora Ferrer plantea, por ejemplo, la posibilidad de abrir el gimnasio durante el recreo.
- Transformar la asignatura de Educación Física. Otro aspecto fundamental es potenciar la Educación Física entre todos los alumnos, de manera pedagógica e igualitaria. En este sentido, las clases pueden servir para abordar cuestiones como el deporte femenino o los estereotipos de género en el deporte. Sin embargo, también es necesario que las familias promuevan el ejercicio físico entre sus hijas.
- Combatir los prejuicios de género en el aula. Desgraciadamente, los prejuicios tienen mucho peso en la decisión de abandonar el deporte. Por ejemplo, la falsa creencia de que hacer ejercicio durante la menstruación es perjudicial para la salud. Por este motivo, conviene abordar las dudas de los alumnos con naturalidad y acabar con cualquier idea negativa.
Fuente: 3-24
