¿Quién no ha pasado alguna vez una prueba de lectura y expresión escrita en la escuela? Aunque el contenido de estos exámenes es esencialmente verbal, las evaluaciones también ofrecen datos numéricos interesantes. Y es que, según un estudio de la American Psychological Association, las niñas obtienen mejor resultado en las pruebas de lectoescritura que los niños. Esta diferencia se hace visible a partir de cuarto de Primaria y sigue ampliándose hasta el final de la escolarización. O, como mínimo, eso dicen los resultados de las pruebas estándar que han pasado tanto niños como niñas. Para llegar a estas conclusiones los investigadores han analizado exámenes de casi tres millones y medio de estudiantes en EE.UU. a lo largo de 27 años. Finalmente, han observado que los resultados de las chicas en estas áreas competenciales son cada vez mejores en comparación a los de sus compañeros a medida que pasan los años, especialmente en la escritura.
Pero, ¿a qué se debe esta brecha competencial? Pues hay varias teorías. Por ejemplo, los investigadores aseguran que las niñas utilizan ambos hemisferios cerebrales cuando se enfrentan a tareas de lectura y escritura, mientras que los chicos son más propensos a utilizar solo un hemisferio del cerebro. Además, los autores consideran que los niños presentan más dificultades a la hora de escribir, porque esta habilidad requiere capacidad de lectura y una cierta fluidez verbal, ortográfica y gramatical. De hecho, los científicos apuntan que la no adquisición de estas capacidades antes de la universidad tiene relación directa con el fracaso académico. Así pues, los resultados de este estudio podrían explicar por qué las chicas tienen un mayor porcentaje de éxito en la universidad. Es decir, por qué acaban la carrera más chicas que chicos. Sea como sea, los estudios no sugieren que niños y niñas tengan estilos de aprendizaje muy diferentes,
¿Qué nos enseña este estudio sobre lectoescritura?
- La segregación por géneros, un sinsentido. Los autores del estudio apuntan que la segregación entre niños y niñas en el aula no tiene justificación posible. A pesar de algunas diferencias, los ritmos de estudios son similares y las clases mixtas estimulan la convivencia y la diversidad. Además, el informe señala que no se deben potenciar ciertas áreas de estudio en función del género. Cada alumno es libre de elegir la profesión que quiera, sea hombre o mujer.
- Los trastornos de atención, otro factor a tener en cuenta. Como ya hemos apuntado, las hipótesis para explicar esta diferencia son varias. De hecho, no todas tienen que ver directamente con el género. Los trastornos de atención son, según los autores, otro elemento que conviene estudiar detenidamente.
- La necesidad de visibilizar referentes de éxito, una asignatura pendiente. Más allá de promover la convivencia y la igualdad, se recomienda que las niñas también tengan a las mujeres como referentes de éxito profesional. ¿El objetivo? Que se den cuenta de que pueden desempeñar cualquier profesión: desde futbolista hasta ingeniera. La brecha de género en los empleos solo se puede combatir si las generaciones futuras están concienciadas.
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