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Por qué ser freelance está de moda

Actualmente, en España hay más de tres millones de personas afiliadas al régimen de cotización de autónomos. Esto supone un 18% por ciento de afiliados a la Seguridad Social, una cifra que sigue subiendo gracias a la tarifa plana que puntualmente nos regaló el gobierno, de 50.- euros mensuales. Trabajar por cuenta propia se ha convertido en una salida laboral más… incluso si tienes un único cliente, pues el truco de las empresas para no ampliar plantilla está amparado por ley. Si el 75% por ciento de tus ingresos como autónomo dependen de ese único cliente, entonces eres un Trabajador Autónomo Dependiente, y tendrás unas condiciones ligeramente diferentes al resto. Pero ser freelance no es lo mismo que ser autónomo.

Aunque la teoría dice que los dos trabajan por su cuenta para ofrecer servicios a un tercero y que ambas figuras tienen los mismas obligaciones fiscales, en la práctica, ser freelance es guay, lo eres por convicción y no por obligación. Además, dirás que eres freelance cuando, para rendir cuentas de tu trabajo, solo necesitas de un ordenador y una buena conexión a internet, amén de otras herramientas que necesites para efectivamente producirlo. Es el caso de periodistas, editores, consultores de negocio, fotógrafos, redactores web, diseñadores, programadores…

¿Qué hace tan atractivo trabajar para uno mismo?

  • No tienes horarios. Primer mito. Un freelance no tiene un horario establecido, sino que puede ser flexible en el inicio y fin de su jornada, pero seguramente haga muchas más de las 8 horas teóricas de un asalariado. Entra en juego la productividad personal, es imprescindible saber gestionar tu tiempo para desempeñar tus tareas de la forma más eficaz posible. Por ello, apóyate en programas de gestión como Evernote o de software libre como Trac.
  • No tienes jefe. Otra leyenda. Que puedas trabajar para cualquiera no significa que no tengas jefe. No te confundas, cada cliente que tengas se convertirá en uno de ellos, la diferencia de cuando eras asalariado está en que tienes más flexibilidad para negociar los plazos de entrega y el precio de tus servicios, pero al fin y al cabo siempre hay alguien a quien rendir cuentas. No en vano, la palabra inglesa (free: libre, lance: lanza) viene a significar «mercenario»: esos caballeros que no tenía un señor concreto y cuyos servicios los podían contratar cualquiera.
  • Puedes trabajar desde cualquier lugar. Este punto puede ser un arma de doble filo. Trabajar desde casa no es sinónimo de estar disponible, dedica una habitación para aislarte del día a día de los demás y acondiciónala con todos los recursos necesarios para trabajar cómodamente sin que tengas que levantarte demasiado. El frigorífico no es una excusa. Lo mejor de este punto es que puedes convertirte en un nómada digital y poder trabajar, literalmente, desde cualquier punto del planeta. Suena utópico, pero no todo el mundo está preparado para ello pues se requiere de mucha disciplina y capacidad de concentración.
  • Puedes ganar más que como asalariado. Esto es relativamente cierto. Recuerda que autónomo que no trabaja, autónomo que no cobra. Reducirás vacaciones, no te pondrás enfermo, no te tomarás más días libres… Tendrás que gestionar tus finanzas de la mejor manera posible, no tienes garantías de que a final de mes vayas a cobrar, incluso habrá meses que no ingreses nada. Pero habrá otros meses que, si te lo montas bien, arrasarás. En el equilibrio está la fuerza.
  • Que no se te olvide que puede ser mucho más duro que trabajar para otra persona, pero, sin duda, estarás haciendo algo por lo que realmente quieres luchar.

Los mejores hábitos del buen freelance

  • Se impone una rutina. Organiza su tiempo y sus proyectos de forma que su jornada laboral sea como la de una persona que trabaja para una empresa.
  • No descarta la formación como un servicio extra, es experto en su área. Cuando no le entran proyectos, aprovecha para reciclarse y ofrece cursos. Y no solo de forma presencial, sube cursos online a páginas como Udemy.
  • Está en varias redes de contacto profesional, como LinkedIn, y solicita recomendaciones a clientes con los que ya haya trabajado.
  • Se relaciona con otra gente porque no siempre trabaja desde casa, alquila espacios de coworking en donde puede compartir ideas y buscar sinergias con otros profesionales.
  • Hace deporte. El tiempo que antes dedicaba a trasladarse a la oficina ahora lo puede emplear para salir a correr, ir al gimnasio o realizar cualquier actividad física.
  • Se valora. No trabaja gratis, así cuida de su futuro profesional además del de los demás compañeros de profesión.

1 comentario en «Por qué ser freelance está de moda»

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