Las clases particulares son una herramienta muy recomendable para reforzar los conocimientos adquiridos en aula. De hecho, la mayoría de docentes han empezado su trayectoria en el mundo de la educación impartiendo clases en su casa o a través de Internet. Aunque esta labor presenta muchas ventajas, también hay varios inconvenientes a tener en cuenta. Por ejemplo, la dificultad de establecer un precio unificado entre los diversos profesores. En consecuencia, las tasas acaban siendo una decisión personal, negociada entre el docente y la familia. Sin embargo, detrás de estos acuerdos hay un riesgo evidente: la precariedad laboral. En resumen, ¿cuánto deben cobrar los profesores particulares?
Durante los últimos días, varios medios de comunicación españoles se han hecho eco de una oferta de trabajo escalofriante: impartir clases particulares de inglés por tres euros la hora. Sí, lo has oído bien. Una familia buscaba a un profesor de inglés para cuatro horas semanales y argumentó el precio de la siguiente manera: «Te puedo ofrecer tres euros por hora. Sé qué no es mucho, pero bueno, como sé que no estás en otra cosa y seguro que en Ponferrada encuentras poco… Pues algo es algo». El incidente ha puesto en alerta el colectivo de profesores particulares, que reclama que su tarea sea reconocida con la profesionalidad correspondiente. ¿Y tú? ¿Buscas un centro dónde recibir clases de repaso? ¡Consulta los cursos disponibles en Emagister y ponte manos a la obra! ¿Con cuál te quedas?
¿Qué nos enseña esta denuncia de los profesores particulares?
- Luchar contra la precariedad laboral, cosa de todos. La crisis económica ha provocado que varios sectores profesionales sufran la precariedad de cerca. Sin embargo, entre todos debemos contribuir a pagar precios dignos para no seguir alimentado esta dinámica. En caso de no poder pagar más, debemos ser honestos y comunicarlo de forma clara, siempre valorando la tarea profesional del profesor.
- Buscar un profesor particular de confianza, fundamental. Las clases particulares no pueden dejarse en manos de cualquier persona. En otras palabras, necesitamos unas mínimas garantías de profesionalidad. En este sentido, hay dos criterios principales a la hora de elegir. Por un lado, la proximidad (por ejemplo, contratar a una persona de confianza que ya conocemos). Por el otro, la profesionalidad reconocida. Es decir, acudir a academias especializadas en este tipo de formación.
- Regular las condiciones de trabajo de este sector, una medida urgente. Como ya hemos apuntado, el hecho de que las tasas no se unifiquen provoca que los profesores más desprotegidos reciban sueldos precarios. Reconocer y regularizar la profesión de manera más estricta ayudaría a acabar con gran parte de la problemática.
Fuente: ABC
