¿Qué es el Design Thinking?

Si nos preguntaran cuál es la palabra mágica por la que compite todo proceso de negocio, probablemente responderíamos al unísono: innovación. Más allá de ser un concepto en boga, innovar implica crecer en constante revisión, lo que supone un ejercicio positivo para el desarrollo de cualquier negocio.

La innovación puede ser un don, pero también hay que trabajarla. Un buen equipo, una buena idea y una buena metodología son claves. Para ello, existen diversas técnicas, como el llamado ‘pensamiento del diseño’ o Design Thinking. Este ofrece una visión holística de todo el proceso de diseño de un producto, integrando a las personas, a la tecnología y al negocio. Apunta a entender a los usuarios y a crear soluciones centradas en las personas, amalgamando tres pilares: observar desafíos, detectar necesidades y resolver problemas.

El Design Thinking es últil para el desarrollo de productos y servicios, para mejorar procesos de trabajo o para definir con éxito modelos de negocio.

El método tiene su origen en la Universidad de Stanford de California (EEUU), durante la década de los 70. Fue lanzado al mundo de la mano de la consultoría de diseño IDEO, quien sigue siendo su precursora. Actualmente, hay varias empresas que lo usan, sobre todo startups, y empieza a tener presencia en la pedagogía, con el objetivo de estimular a los estudiantes a pensar de manera creativa y a convertir las ideas en realidad.

Así pues, el método está centrado en el proceso de diseño, más que en el producto final.

El Design Thinking consta de las siguientes 5 fases:

• Empatizar y Comprender: en este primer momento observaremos las actitudes que nuestros usuarios tienen en su propio contexto. No se trata de interferir en su entorno, pero sí de involucrarnos con sus necesidades a través de la escucha activa y de la generación de entrevistas. En esta fase desarrollaremos nuestra sensibilidad como diseñadores para entender qué realidad viven nuestros usuarios y qué es importante para ellos.
• Definir: en esta segunda etapa ordenaremos toda la información recopilada durante la fase de observación. Después de conocer al detalle a nuestros usuarios, podremos seleccionar de forma coherente aquel material que más relevante nos parezca y que más valor aporte a nuestros objetivos. También, empezaremos a definir cuáles son los posibles problemas del producto o modelo de negocio. Definiremos desafíos concretos y que sean inspiradores tanto para el equipo de trabajo como para los usuarios.
• Idear: iniciaremos el proceso de diseño y de generación de ideas. Es un excelente momento para darle rienda suelta a la imaginación. Todo es válido, ya sean pensamientos inconscientes como conscientes. Nos será de ayuda contar con brainstorms, croquis, mindmaps, protitos y storyboards, entre otras técnicas. En esta etapa es importante distinguir qué área se encarga de la generación de ideas y qué otra de su evaluación.
• Prototipar: crearemos elementos con los que el usuario pueda interactuar para que nos ayuden a responder preguntas y a acercarnos a una resolución. Dibujos, objetos varios, post-its, cartones, storyboards u otros materiales son ideales para entregar al usuario y que experimente con ellos. Así, podremos identificar errores y evaluar alternativas. A la hora de elaborar estos elementos es muy útil trabajar con un usuario en la mente.
• Evaluar: una vez creados los prototipos pasaremos a entregarlos a los usuarios para que nos den su feedback y comentarios. Idealmente, haremos el proceso de evaluación en el contexto del usuario. Para ello, ofreceremos los prototipos sin dar explicaciones, dejando que la propia persona descubra sus usos y los compare. A nosotros nos servirá para observar sus éxitos o fracasos.

El Design Thinking contiene varias técnicas para trabajar estas cinco fases. Por ejemplo, el mapa de empatía, la saturación y agrupación, la generación de entrevistas o la documentación de historias. Citaremos y desarrollaremos otras más en un siguiente post.

Por último, anotamos este enlace donde podrás leer artículos de Tim Brown, CEO de la consultoría IDEO y precursor del método.